Fraude revocatorio

Sí, cada vez es más difícil para la estructura magisterial apoderarse de las mesas, y el acarreo se dificulta.

Ya no hay que esperar. Todos sabemos que el ejercicio, supuestamente democrático, es una consulta amañada, viciada desde la raíz. No ha sido el descontento lo que motivó la consulta, sino el desesperado intento de recuperar la popularidad perdida. El abuso es innegable, se ha puesto un instrumento constitucional a los pies del Ejecutivo federal, pervirtiendo el mecanismo de auscultación.

En México, recorrimos un largo y tortuoso camino para encontrar fórmulas que generen percepción de legalidad en los procesos electorales. Dice Córdova que ya no existen fraudes electorales, pero en realidad, lo que trata de decir es que las prácticas empleadas por el otrora partido oficial son cada vez más difíciles de ejecutar, al haberse invertido cuantiosas sumas en una credencialización relativamente confiable, y al hacer partícipe a la ciudadanía en los comicios.

Sí, cada vez es más difícil para la estructura magisterial apoderarse de las mesas, y el acarreo se dificulta al haber emergido redes sociales que constituyen ágil mecanismo de denuncia. Se ha atajado el efecto útil de múltiples vicios que, durante décadas, tergiversaron la voluntad popular.

Pero más tardó el país en implementar los cambios, que el crimen organizado en advertir que, al sacar las manos los partidos, podrían apropiarse de posiciones gubernamentales, sesgando convenientemente las elecciones en su provecho. Comenzó así la construcción de rutas, en las que sembraron a quienes, por temor o dinero, forman parte de una enorme red de complicidad que anula todo intento por combatir las actividades de los poderosos cárteles. Se equivocan los funcionarios del vecino del norte, el control no se perdió, se entregó con un abrazo.

Uno de los conceptos que aprendimos a lo largo de décadas es que el resultado de las elecciones no dependía sólo de lo que ocurre en la fecha comicial, se trata de todo un proceso que es susceptible de hacerse nugatorio si no se mantienen mínimos de equidad. Así es, poco valen las listas, así como los elementos de seguridad en boletas y credenciales, si la contienda se decide con dados cargados.

El fraude se fue sofisticando, se alejó de las urnas cargadas y del ratón loco. La intensa y pagada pauta televisiva anulaba campañas y hacía famosos a desconocidos de la noche a la mañana. El duopolio que tanto criticó el macuspano fue, en el 2018, sólo parte de la compleja componenda que lo llevó a la silla.

No derrotó al aparato, lo puso a su servicio. Palmo a palmo, al terminar mítines pagados por esos que hoy son comité asesor, sostuvo reuniones en las que dibujó un país en el que se prohibiría prohibir, y en el que los capos podrían hacer de las suyas, so pena de ser abrazados. 

Peña recibió información de las áreas de inteligencia que le revelaron la más grande componenda que se hubiera visto en tierra azteca, marcaba inevitablemente el triunfo del eterno candidato, así que decidió pactar impunidad, para él y los suyos, quienes no han sido molestados con el folio de carpeta de investigación alguna.

Hoy, el resultado de la consulta se ha marcado por gobernadores que compiten por romper récord de acarreo; por empresas que manejan espectaculares dispuestas a pagar multas, bajo presiones de las autoridades locales que promueven la asistencia, así como por constantes y retadoras violaciones a la veda desde escritorios oficiales. La equidad quedó tirada en el camino.

En justicia, el proceso debería ser declarado nulo desde ahora, se ha comprometido el resultado. Se trata de un proceso secuestrado por el Estado. Es un fraude, pase lo que pase.

Temas: