Consulta fake

La vulgar maroma en nada ayudará para rescatar la democracia que ha sido secuestrada en la guarida nacional

Nació espuria, no fue solicitada por un número de ciudadanos que plantearan revocar el mandato al Ejecutivo, sino por un muy manipulado grupo de personas que pretenden articular una suerte de amañada confirmación en el mando.

Votaron mascotas, muertos y un número indeterminado de personas que mercaron su firma a cambio de despensas; sobres amarillos o, simplemente, quedar bien con el capo del pueblo. Sí, de forma grotesca y barata, supuestamente se cumplieron los requisitos de ley para llevar al cabo el fraude revocatorio.

La manera cínica con la que se han violentado las normas y decisiones de las autoridades electorales avergonzaría al más mapache de los priistas, pero, aun así, el partido oficial pretende hacer creer a la canalla que se trata de un ejercicio democrático, a pesar del tufo gobiernista a que apesta. A la vista de todos, será el festival de acarreo más grande de nuestra historia.

La legislación electoral establece la posibilidad de impugnar el proceso de auscultación en el que se vulneraron, desde el inicio, las condiciones de objetividad, equidad y mínima limpieza. Sin embargo, las insulsas dirigencias de los partidos han desaprovechado, una vez más, la oportunidad de desenmascarar al autócrata. No faltará quien diga que prefirieron dar la espalda al esperpento demagógico, pero lo cierto es que pudieron agotar la instancia impugnatoria, al tiempo de seguir el camino marcado por la Carta fundamental, apoyando la inasistencia al mezquino tinglado armado por el tepetiteco.

Resulta claro que el constituyente federal consideró la tercera vía, adicional a un sí y a un no. Dio a los ciudadanos la capacidad de desconocer la propuesta, privándole de vinculatoriedad, esto es, abstenerse, ante un ejercicio que carece de representatividad. Reacción esperable que provoca la presencia de un grupúsculo cuyo comportamiento, superficial y artificioso, tiene como único objetivo el distraer a la comunidad de los graves problemas nacionales y poner como centro del debate nacional al vendedor de espejitos.

La vulgar maroma en nada ayudará para rescatar la democracia que ha sido secuestrada en la guarida nacional. Tras haberse dilapidado cuantiosos recursos públicos, al final, quedó claro que las venales autoridades estatales son el gran adversario a derrotar. Su encargo es llenar, como sea, las urnas.

Sin haber llegado al 10 de abril sabemos muchas cosas. Primero, que serán muchos más lo que no asistan que los que concurran. Segundo, que el número de sujetos que voten por el sí fueron inducidos por una campaña tan negra como los recursos que la pagaron. También, que el autócrata, directa o indirectamente, fue reprobado a lo largo de la veda por al menos 19 medidas cautelares, las que, en justicia, son suficientes para invalidar el resultado.

Sobre todo, lo que ya sabemos es que el resultado es nulo, ya que no cumple el entorno comicial con mínimos referentes de equidad, al haberse ejercido, desde los oscuros pasillos de palacio, instigación a una impresentable aclamación.

Lo que no sabemos es si los políticos de este país se mantendrán impávidos ante el neosantanismo que invade al tabasqueño. En lo único que tiene razón el que se sienta en la silla presidencial, es que ésta es una gran oportunidad para dejar claro si formamos parte de una sociedad de pie, o de una que, por displicencia, dejará que la arrogante minoría que se levantó con el triunfo en el 2018, de la mano del crimen organizado, nos siga imponiendo un gobierno. Esta consulta no se ganará en las urnas, sino en tribunales.

Temas: