Planeta en llamas

Como lo advierte la ONU, el año 2030 es la fecha límite para evitar que la temperatura global se incremente en 3 grados.

El cambio climático dejó de ser una proyección lejana para convertirse en una preocupante e incuestionable realidad. La era del calentamiento global ha terminado, ahora es el momento de la era de la ebullición mundial. Estamos en riesgo de ser un planeta seco y en llamas.

2023 fue designado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) como el año más cálido de la historia, cientos de millones de personas experimentaron calor extremo. La Tierra en el 2023 fue alrededor de 1.4 grados Celsius, más calurosa que el promedio de finales del siglo XIX.

En el periodo 2015-2023 se registraron sucesivamente nueve de los años más calurosos en toda la historia mundial. En julio del 2023 se registraron tres de los días con las mayores temperaturas globales en los últimos 174 años, con semanas de olas de calor consecutivas en todas las regiones del mundo.  

Estamos experimentando sequías intensas, escasez de agua, incendios graves, aumento del nivel del mar, inundaciones, deshielo de los polos, tormentas catastróficas, disminución de la diversidad, desaparición de especies y el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero.

Las proyecciones de la crisis climática para el año 2024 no son nada halagadoras, se pronostica desde la OMM otro año extremadamente cálido, en el cual los desastres naturales serán intensos y devastadores en todo el mundo.

La humanidad se encuentra en un peligroso abismo, la inacción estatal ha sido evidente; se ha obviado la amenaza del cambio climático y la gravedad de sus efectos, desplazando su atención dentro de las agendas públicas internas y externas por otras problemáticas menos apremiantes.

Hemos perdido casi 50 años en debates y compromisos fallidos. Como lo advierte la ONU, el año 2030 es la fecha límite para evitar que la temperatura global se incremente en tres grados, en caso contrario la humanidad se enfrentaría a una catástrofe global de incalculables consecuencias.

Con las sirenas encendidas y la sociedad en peligro, se dará un nuevo llamado a la acción global con la realización del sexto periodo de sesiones de la Asamblea de la ONU sobre el Medio Ambiente, que se celebrará del 26 de febrero al 1 de marzo de 2024 en Nairobi, Kenia, evento en el que se abordarán las medidas multilaterales indispensables para hacer frente al cambio climático.

Con el inicio del ciclo electoral del 2024, en el cual cerca de la mitad de la población mundial acudirá a las urnas, es el momento idóneo para demandar acciones efectivas a los candidatos y gobernantes en torno a la crisis climática, es algo que ya no puede postergarse más.

Debemos hacernos responsables del cuidado de nuestra casa común, avanzando del discurso o la retórica ambientalista presente en las campañas electorales o en la información de la acción gubernamental, hacia acciones concretas que permitan afrontar y reducir los efectos del cambio climático, que debe ser un eje protagónico en todas las agendas públicas.

BALANCE

Como señala el secretario general de la OEA, Luis Almagro, tenemos que ser más efectivos en la lucha contra la pobreza, tenemos que generar más riqueza, los pueblos no pueden salir adelante en un sistema de redistribución de la miseria; tenemos que ser más eficaces en la lucha contra el cambio climático, tanto en mitigación como en adaptación; no podemos esperar más. Es prioritario que adoptemos una nueva visión del mundo en el cual la solidaridad, la cooperación y el multilateralismo, nos permita impulsar acciones colectivas que mitiguen el cambio climático y que responsabilicen a los países y sus gobiernos al cumplimiento efectivo de las compromisos y metas adoptados.

*Los puntos de vista son a título personal.

No representan la posición de la OEA

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