Índice de la democracia 2023
Nos urge un consenso sobre la definición de la democracia y sobre su estado actual
Vivimos tiempos de oscuridad e infamia. Aún retumba el anuncio de la súbita muerte de Alexéi Navalni, el preso político más famoso del mundo, quien se encontraba arbitrariamente recluido en un infame gulag siberiano.
La democracia se encuentra bajo acecho, sometida a presiones y amenazas formidables que la ponen en peligro en todo momento. Se requiere de múltiples esfuerzos, por parte de partidos, gobiernos, empresas, y de la sociedad civil, para recuperar el vigor del que gozábamos hace algunos años.
Nos urge un consenso sobre la definición de la democracia y sobre su estado actual. No es posible trazar colectivamente una ruta hacia mejores democracias si no hay acuerdo mínimo sobre el punto de partida, el diagnóstico presente y los principales desafíos hacia el futuro.
La definición de la democracia para la OEA está contenida en la Carta Democrática Interamericana (CDI). En la Carta se definen los componentes esenciales: el respeto a los derechos humanos, el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de derecho, la celebración de elecciones periódicas, libres y justas, el régimen plural de partidos y la separación e independencia de los poderes públicos.
Existen numerosas metodologías que miden la calidad democrática en el mundo. Una de las más referenciadas es el índice de la democracia publicado por The Economist Intelligence Unit (EIU). El índice mide 60 indicadores en cinco áreas de análisis: procesos electorales y pluralismo, libertades civiles, funcionalidad gubernamental, participación y cultura política. EIU clasifica y califica a los países en cuatro categorías: democracia plena, democracia imperfecta, régimen híbrido y régimen autoritario.
Cabe destacar que una desventaja metodológica de este índice es que se consideran pocos países del Caribe. El índice incluye sólo a 26 de los Estados miembros de la OEA.
En la más reciente edición de 2023, titulada Era de Conflicto, los resultados evidencian que la calidad de la democracia en la región ha desmejorado. 2023 fue el octavo año consecutivo de declive democrático, con la mayoría de los países (total de 16) empeorando sus calificaciones respecto al año anterior. Fue la región en el mundo que sufrió la caída en calificación promedio más grande.
De 2015 a 2023, el porcentaje de países en las Américas clasificados como régimen híbrido y autoritario incrementó. En 2015, 23% eran considerados como regímenes híbridos y en 2023 la cifra incrementó a 27%. En cuanto a sistemas autoritarios, el porcentaje casi se duplicó, de 8% a 15%.
El declive es prueba de que, aunque mantenemos la realización regular de elecciones, la sombra del autoritarismo se ciñe peligrosamente en el horizonte de la mano del populismo y los ataques permanentes a las instituciones electorales. Sin embargo, la erosión crónica que sufrimos puede combatirse.
Como mínimo, se debe manejar la misma definición y diagnóstico de la democracia. Si cada líder se basa en una interpretación conveniente de la democracia, y no la consensuada en la normativa interamericana, es difícil avanzar.
- BALANCE
No debemos guardar silencio. Debemos seguir denunciando a los regímenes autoritarios que manipulan y usan el concepto de ‘democracia’ y ‘derechos humanos’ para encubrir y justificar los abusos a las libertades básicas dentro de sus territorios.
Aunque no perfectos, estudios longitudinales como el de EIU son valiosos para observar la evolución de variables en el tiempo. El índice de EIU produce puntos de comparación que facilitan el análisis de la salud de la democracia sin el sesgo y cortoplacismo de las coyunturas políticas diarias.
*Los puntos de vista son a título personal,
no representan la posición de la OEA
