Diplomacia digital
Las nuevas herramientas tecnológicas deben hacer la diplomacia más asequible y rápida
El advenimiento de las redes sociales ha impactado la forma y el fondo de la diplomacia tradicional. El surgimiento de esta novedosa práctica viene acompañado de reglas y prácticas difusas, que varían de región a región, de cancillería a cancillería y de gobierno a gobierno.
Existen diferentes definiciones de diplomacia digital o e-diplomacia. La explicación más básica es que esta modalidad es el resultado de la intersección entre nuevas tecnologías y redes sociales con la diplomacia tradicional. En general, podríamos decir que el uso de plataformas como X y Facebook es positivo porque permite una relación más directa entre la comunidad diplomática y la opinión pública.
En la actualidad, es inusual que una embajada y un embajador/a no tengan su propia cuenta de X. Las plataformas dan a los representantes oficiales de un Estado mayor cercanía y contacto con sus conciudadanos. Esto ha resultado ser particularmente importante para el trabajo consular.
Por otro lado, ante la diversidad de niveles de representación (cónsules, embajador@s o cancilleres) es importante que se evite la dispersión de ideas y narrativas, respetando jerarquías y líneas de mando, evitando la publicación de temas polémicos o inapropiados.
Si bien la diplomacia digital produce nuevos mecanismos de comunicación, ello no resuelve los problemas estructurales de la diplomacia tradicional. Las nuevas tecnologías no desaparecen los dobles estándares. No aminoran las crisis humanitarias y de refugiados. No sustituyen la falta de consenso en foros multilaterales. Tampoco eliminan la dominancia de la política e intereses sobre valores y principios.
Las nuevas herramientas tecnológicas deben hacer la diplomacia más asequible, eficiente y rápida. En tan sólo una década, el uso de X y otras plataformas por parte de diplomáticos y organismos internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos se ha normalizado y multiplicado.
Los primeros mensajes de organismos multilaterales publicados hace una década en redes sociales eran vistos como una rareza; hoy en día es normal y esperado que organizaciones internacionales y cancillerías emitan comunicados de prensa vía un post en X, por ejemplo.
En este sentido, Luis Almagro, secretario general de la OEA, ha sido un diplomático pionero en el uso de las plataformas digitales como medio de difusión para sus actividades cotidianas. En la actualidad, la cuenta de X del diplomático uruguayo asciende a 1,528,973 seguidores. Sus mensajes y comunicados son potentes y llegan más rápido a los ciudadan@s de todo el continente.
De igual manera, las Misiones de Observación Electoral de la OEA utilizan las plataformas digitales para transmitir comunicados, divulgar actividades y para presentar informes preliminares de manera rápida y efectiva.
- BALANCE
La pandemia de covid-19 intensificó la codependencia de la política y la diplomacia con lo digital. Muchas negociaciones e intercambio de información sensible se realizan via WhatsApp. Muchas decisiones y posiciones políticas se emiten entre líneas por mensajes (o falta de mensajes) en redes sociales. De esta manera, el medio online, como fuente de información e interacción diplomática, se agrega a la vía formal, escrita, protocolar y personal.
La rápida proliferación de la diplomacia digital implica la necesidad de lineamientos y coordinación dentro de las instituciones del servicio exterior, como de cualquier otra institución internacional. En todo caso, en una sociedad líquida y explosiva como en la que vivimos, la diplomacia digital es una herramienta a la que no podemos renunciar.
*Los puntos de vista son a título personal, no representan la posición de la OEA
