Democracia y paz
Vivimos un contexto complejo. Son incalculables las pérdidas sociales y económicas que han causado los efectos de la pandemia de covid-19, la guerra en Ucrania, el cambio climático, la emergencia del autoritarismo y el crecimiento de una lacerante desigualdad hemisférica
El pasado 17 de mayo, en el Tecnológico de Monterrey campus Guadalajara, se efectúo el XIII Congreso de Relaciones Internacionales: Construcción de la paz.Un mosaico de realidades. Tuve el honor de participar con la conferencia inaugural: Paz en un mundo globalizado: el rol de la democracia.
En el congreso coincidimos sobre las grandes amenazas y desafíos que tienen nuestras democracias y la estabilidad política de la región; el objetivo primordial de toda democracia es la paz y el desarrollo para su gente.
Vivimos un contexto complejo. Son incalculables las pérdidas sociales y económicas que han causado los efectos de la pandemia de covid-19, la guerra en Ucrania, el cambio climático, la emergencia del autoritarismo y el crecimiento de una lacerante desigualdad hemisférica.
Este escenario de crisis ha profundizado la vulneración de los derechos y libertades fundamentales; el crecimiento del crimen organizado, las economías ilegales, la corrupción, y una crisis migratoria sin precedentes.
Frente a estas amenazas es indispensable que los elementos esenciales de la democracia se mantengan vivos: equilibrio de poderes, libertad de expresión, independencia de los órganos electorales y respeto irrestricto de los derechos humanos. Elementos indispensables para la paz.
Como lo hemos señalado en otras ocasiones, el quebranto del orden democrático, la persecución política, la cooptación de los poderes, la judicialización de la política y la crisis económica son las principales causas de una dolorosa migración regional, que se refleja en salidas masivas de ciudadanos venezolanos, cubanos y nicaragüenses, cuyos gobiernos han condena,do a sus pueblos a la pobreza y al exilio forzado.
En este contexto, la OEA, desde su fundación, ha colocado como una de sus misiones institucionales esenciales la prevención y la resolución pacífica de los conflictos; los Estados americanos en su adherencia al corpus iuris interamericano se han comprometido con el afianzamiento de la paz y la seguridad hemisférica.
En un mundo globalizado, los conflictos internos dentro de un país no pueden ni deben ser ignorados, puesto que sus efectos inevitablemente se proyectan hacia el resto de las naciones de la región, impactando sobre su estabilidad y seguridad.
En este escenario, es urgente trabajar por una integración regional diversa, inclusiva y efectiva, en donde los derechos, las libertades y el progreso de la gente sean el faro que guíe el cierre progresivo de las brechas económicas y sociales que afectan a los ciudadanos.
La convivencia pacífica, la tolerancia, la pluralidad, el respeto y la solidaridad son la esencia de toda sociedad democrática. Es necesario impulsar la formación cívica y democrática como una herramienta para mejorar el conocimiento y la comprensión entre los ciudadanos y organizaciones, de las instituciones fundamentales de la democracia y el Estado de derecho.
BALANCE
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, aborda el tema de la paz desde la perspectiva de la prevención de los conflictos, en donde la cultura del diálogo y el fortalecimiento de la democracia y de sus instituciones sean la base y la esencia para mantener la paz social en nuestros pueblos.
La región debe enfrentar los nuevos desafíos y amenazas hemisféricas, incorporándolos a su agenda de trabajo y contribuyendo con sus Estados miembros a encontrar soluciones efectivas.
La paz, la democracia, el desarrollo y la estabilidad geopolítica de la región son asuntos de Estado que obligatoriamente deben tener una mirada hemisférica. No puede haber paz sin democracia ni democracia sin paz.
* Los puntos de vista son a título personal.
No representan la posición de la OEA
