Chico Buarque, música y letras
Músico que escribe y escritor que canta, los temas de Chico Buarque pegan directo al corazón, lo que ha agigantado su leyenda.
Dicen los que saben que el Premio Pritzker equivale al Nobel de Arquitectura. Lo mismo aplican para el Cervantes, que agasaja anualmente la literatura en español. Por extensión, caso similar ocurre con el Camões, galardón mayor de las letras portuguesas. Chico Buarque (1944) lo recibió, al fin, esta semana, cuatro años después de su anuncio. El retraso lo provocó la pandemia de covid-19, que ciertamente arruinó los planes de todo mundo, y el entonces presidente brasileño Jair Bolsonaro, que gobernó con voluntad de bisonte en estampida.
En su momento, Bolsonaro se negó a firmar el diploma del Camões a uno de sus más notables críticos, simpatizante de Luiz Inácio Lula da Silva, para acabarla. Junto con Lula, el padre de Chico Buarque fue uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores. “Que Bolsonaro no firme el diploma es para mí un segundo premio Camões”, respondió Chico a la descortesía presidencial.
Músico que escribe y escritor que canta, los temas de Chico Buarque pegan directo al corazón, lo que ha agigantado su leyenda. El jurado que le otorgó el Camões, sin más, considera que las letras de sus canciones son poemas, postura un poco en sintonía con el jurado que se inclinó por Bob Dylan para el Nobel de Literatura, en 2016. Sin embargo, si el importante galardón al músico norteamericano generó controversia, el gusto por reconocer a Buarque queda patente entre sus millones de agradecidos escuchas de Iberoamérica, pero también en su nicho de lectores que no le pierden la pista a sus relatos, un tanto autobiográficos, con la visión de un testigo de su tiempo que anda a pie, alerta ante cualquier agitación. Algunas de sus recientes novelas como El hermano alemán (2016) o Esa gente (2021) las publicó en nuestro idioma Random House.
“Chico consiguió sintetizar las pasiones del pueblo brasileño. Transformó la vida cotidiana en poesía. Hoy he tenido el honor de enmendar un error y conceder merecidamente el Premio Camoes a uno de los grandes nombres del arte brasileño”, señaló Lula en su discurso de la ceremonia realizada en Sintra, Portugal.
“Cuatro años de un gobierno desastroso duraron una eternidad, porque fue una época en la que el tiempo parecía retroceder. Ese gobierno fue derrotado en las urnas, pero no podemos distraernos con eso, porque la amenaza fascista persiste en Brasil como en todas partes. Hoy, en esta tarde de celebración, me reconforta recordar que el expresidente tuvo la rara cortesía de no ensuciar el diploma…”, expresó, en su turno, Chico Buarque, agradecido con que haya sido Lula quien estampara su firma en el documento oficial.
Superado el bolsonarismo, época de estupidez y oscurantismo, advirtió Buarque, Brasil ahora se ha dado una nueva oportunidad para sanar sus heridas. La música y las letras de Chico Buarque sin duda contribuirán a ello.
CAJA NEGRA
En noviembre de 1993, cuando estudiaba en la UNAM, tenía un problema con el tiempo. Me comprometí, estúpidamente, a abordar el asunto en un ensayo final para alguna asignatura, hasta que mi compañero Pablo Martínez Lozada me hizo la oportuna sugerencia: “Lee a Stephen Hawking”. En cualquier caso, yo siempre necesito instrucciones precisas: “¿Y ése quién es?” Fue toda una aventura no exenta de reparos leer Breve historia del tiempo, que el propio Pablo, brillante, siempre dos o tres pasos delante del resto de nuestra generación, consiguió con su credencial de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria.
Con el paso de los años, Martínez Lozada se hizo un grandísimo editor tanto en el Fondo de Cultura Económica como en Océano. Pablo Martínez Lozada, melómano empedernido, murió el pasado 22 de abril. Sus amigos lo recordaremos con cariño y admiración.
