Victorias pírricas

“Otra victoria como ésta y volveré solo a casa”, cuentan que dijo el rey Pirro de Epiro, después de vencer a los romanos en la batalla de Asculum 279 a C. La anécdota viene a cuento por los grandes costos que está pagando el régimen por sacar adelante los ...

“Otra victoria como ésta y volveré solo a casa", cuentan que dijo el rey Pirro de Epiro, después de vencer a los romanos en la batalla de Asculum (279 a C). La anécdota viene a cuento por los grandes costos que está pagando el régimen por sacar adelante los objetivos prioritarios del presidente Andrés Manuel López Obrador, teniendo resultados más bien nimios, dudosos e incluso contraproducentes.

No me referiré a la creación del Insabi porque ése es un trágico desastre por los cuatro costados, de tal suerte que, aunque en materia de salud los daños han sido mayores, ahí no hay nada que el gobierno pudiera reclamar como un logro. Prefiero ocuparme en esta ocasión de temas más polémicos, en donde cantaron victoria, pese a tanta evidencia desfavorable, como son el ejercicio reciente de revocación de mandato y la contrarreforma eléctrica que tuvo un episodio atípico en la Corte.

Desde el poder se desnaturalizó la figura de la revocación. Fue el Presidente, y no los inconformes, quien hizo todo para que se llevara a cabo la votación sobre su permanencia. La inmensa mayoría de la oposición no mordió el anzuelo y le dejó el terreno libre, de tal suerte que compitió contra sí mismo… y perdió.

Es verdad que más de 90% de los sufragios lo respaldaron, como suele suceder con los referéndum realizados en las autocracias, pero el abstencionismo rebasó 80%, no obstante la inocultable operación estatal para promover la consulta y llevar a los votantes a las casillas.

En realidad presenciamos una elección de Estado al margen de las leyes y en abierto desacato a las autoridades electorales. De pronto la simbiosis entre partido y gobierno se manifestó desparpajada y retadora para echar a andar toda la maquinaria sin tapujos, aderezada por la abrumadora propaganda personalizada del Presidente, cuyo financiamiento opaco también recuerda al viejo régimen.

No es sólo la abierta participación de gobernantes y funcionarios, tampoco la confrontación directa con autoridades electorales por negarse a cumplir las normas, también es el uso descarado de recursos públicos, el engaño a los beneficiarios de los programas sociales y el acarreo de ciudadanos con carencias económicas. Hasta el presidente de Morena, Mario Delgado, se presumió en redes sociales como delincuente electoral al promocionar la “movilización” que realizaba a centros de votación.

El Presidente seguirá en su cargo el resto de su mandato, como se sabía de antemano y nadie había puesto en duda, pero no salió fortalecido como esperaba. Al contrario. En 2018 tuvo más de 30 millones de votos. A menos de cuatro años de distancia perdió la mitad de su votación y obtuvo 6 millones menos de votos que la coalición oficialista en 2021. La tendencia es clara. Y eso que ahora cuenta con 18 gobernadores que no tenía entonces y que puso a operar, además de 21 millones de personas que reciben programas sociales y a quienes se les engañó con la mentira de que sus apoyos peligraban si no era “ratificado” el mandatario. Por eso fue notoria la alta participación de adultos mayores.

Morena celebró su “triunfo” con caras de velorio y López Obrador no escatimó maromas para tratar de convencer que el desaire ciudadano al ejercicio fue en realidad un “triunfo histórico”, mientras la oposición midió la fuerza electoral de la estructura estatal y ya olfateó la posibilidad de vencer en 2024.

El Presidente también cantó victoria porque la SCJN no determinó la inconstitucionalidad de la ley eléctrica, debido a que la peculiar forma de contar los votos de Arturo Zaldívar mantuvo siempre la minoría necesaria de cuatro para dejar el asunto indefinido, lo que mantiene abierto el camino de los amparos.

La Corte sufrió un fuerte desgaste para que todo siguiera casi igual, pero lo sucedido fue suficiente para alejar a nuevos inversionistas ante la incertidumbre, misma que se mantendrá con el previsible rechazo a la reforma constitucional del Congreso, y enconar aún más la tensa relación con Estados Unidos por las claras violaciones al T-MEC.

Más victorias como éstas, Andrés Manuel, y regresarás a tu rancho en Palenque, como prometiste, después de entregarle la banda a un opositor.

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