La ley es ley…
La justicia penal ha evolucionado, se trata de una respuesta a la democracia constitucional.
Las leyes existen en vano para quienes no tienen el valor
y los medios de defenderlas.
T. Macaulay
El pasado miércoles, el Comité Ejecutivo Nacional del Colegio Nacional de Abogados Penalistas AC rindió protesta en el Senado de la República ante la presencia de organizaciones de abogados, académicos, miembros de la judicatura, juristas notables, así como estudiosos del Derecho.
Al hacer uso de la palabra en la tribuna de dicha Cámara expresé: “Más allá del gran honor que significa haber sido designado como presidente de la Comisión de Honor y Justicia del Colegio Nacional de Abogados Penalistas, la encomiendo que el joven y talentoso jurista Jorge Reyes Leo, presidente de nuestro Colegio me ha asignado para dar continuidad a las muchas tareas que nos legó el maestro Gilberto Farias, requiescat in pace, conlleva una gratísima responsabilidad en aras de revisar, renovar el derecho penal que nos rige, conjuntamente con esta soberanía”.
Este Colegio es una institución dedicada al estudio de esta sensible rama del derecho, la cual tutela los más preciados derechos humanos, como la vida, la salud y la libertad y tantos más, así también la precisión que nuestra Constitución exige del injusto de naturaleza penal para sancionar conductas previstas y penadas por la legislación vigente y mantener en equilibrio la balanza de la justicia.
El Colegio es casa abierta para los estudiosos de esta materia y sus diversos criterios, en la que el ius puniendi, exclusivo monopolio del Estado, sea congruente con el castigo impuesto, el daño causado y la reparación del daño, es por eso que el tema de la prisión preventiva es motivo de preocupante análisis compartido con esta soberanía, que la violencia legítima busque en el orden jurídico el beneficio de todos y cada uno de los integrantes de la sociedad.
Las propuestas de un derecho penal renovado con una legislación ordenada y otras materias afines, la revisión de códigos penales es el propósito de este Colegio.
De ahí que nos hemos dado a la tarea, entre otras, de redactar una tercera edición del libro Delitos federales en la legislación mexicana, y aquí me permito parafrasear al constitucionalista Ricardo Sodi: El desarrollo del derecho penal federal ha seguido el camino de la dispersión, ya que la legislación relacionada con distintas y variadas materias tipifica delitos.
Los delitos regulados en las leyes federales cobran cada día mayor importancia y complejidad. Nuestro sistema federal cada día ha absorbido nuevas funciones y atribuciones en demérito de la competencia de las entidades federativas.
Esta dispersión legislativa del derecho penal impide un conocimiento ordenado e integral de éste. Puede asegurar que bajo la presidencia del jurista Reyes Leo, el Colegio entregará los resultados deseados.
En sinergia con el Senado de la República realizamos estudios en los rubros indicados, a la par sobre el Sistema de Justicia Penal en México, producto de una reforma constitucional en 2008 y que no acaba de concretarse.
Sin duda, la justicia penal ha evolucionado, se trata de una respuesta a la democracia constitucional. El modelo acusatorio, provee al Estado una legislación que garantiza los derechos humanos: el principio de inocencia, los derechos de las víctimas, el debido proceso; sin embargo, en muchos casos, la falta de voluntad de los involucrados ha provocado retrocesos en el procedimiento inquisitivo, penal acusatorio oral.
La ausencia de ciencia y tecnología en nuestro sistema es otra de las causas de retroceso y es por eso que el Colegio se ha abierto a temas de la mayor relevancia como el neuroderecho, en un nuevo orden jurídico internacional, el derecho a la privacidad mental, el derecho a la identidad personal, el derecho al libre albedrío, el derecho al aumento de la neurocognición y el derecho a la protección de sesgos; psicología del testimonio y bases del razonamiento probatorio en el ánimo de enriquecer y mejor nuestro derecho penal.
