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La integridad del Ejército

Federico Ponce Rojas

Federico Ponce Rojas

La cualidad suprema del liderazgo es incuestionablemente la integridad.

Sin ella ningún éxito real es posible.

Dwight D. Eisenhower

 

Una cadena de agresiones físicas y morales ejercidas recientemente en contra de las Fuerzas Armadas de nuestro país, violencia marcada de manera inédita por los acontecimientos sucedidos en Culiacán el 17 de octubre pasado.

Hechos intolerables que nos han llenado de temor fundado, indignación y preocupación a todos, incluido el Ejército Mexicano.

Agresiones y abusos en contra de los responsables de la seguridad nacional y coadyuvantes insustituibles de la seguridad pública (al menos los próximos cinco años, por mandato de ley) han generado repudio y preocupación de la población en general, ataques que han resistido de manera estoica los soldados agraviados.

Para comprender el estoicismo del Ejército es necesario recordar que su nacimiento es la respuesta patriótica ante la ruptura del orden democrático, en otras palabras, se convirtió en la institución revolucionaria básica, señalada históricamente como: “el mexicano es un ejército salido del pueblo”.

Es imprescindible conocer que su estructura constitucional les impone como obligación primigenia la disciplina y que su régimen jurídico se basa justamente en este principio.

La Ley de disciplina del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos establece fundamentalmente:

-La presente Ley tiene por objeto preservar la disciplina militar como principio de orden y obediencia que regula la conducta de los individuos que integran el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos. Sus disposiciones son de observancia obligatoria para todos los militares que integran el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos de conformidad con su Ley Orgánica.

- El servicio de las armas exige que el militar lleve el cumplimiento del deber hasta el sacrificio y que anteponga al interés personal el respeto a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la soberanía de la nación, la lealtad a las instituciones y el honor del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.

- El militar debe observar buen comportamiento, para que el pueblo deposite su confianza en el Ejército y Fuerza Aérea y los considere como la salvaguarda de sus derechos.

- La disciplina en el Ejército y Fuerza Aérea es la norma a que los militares deben ajustar su conducta; tiene como bases la obediencia y un alto concepto del honor, de la justicia y de la moral y por objeto, el fiel y exacto cumplimiento de los deberes que prescriben las leyes y reglamentos militares.

- La disciplina es la base fundamental del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, los cuales existen primordialmente para defender los intereses de la patria y preservar su vida institucional.

El Presidente dispone de la totalidad de la Fuerza Armada Permanente y ahora de la Guardia Nacional (artículo 89 fracciones. VI y VII Const.).

Es el comandante supremo, sus órdenes tienen que ser cumplidas sin réplica, no hacerlo en el caso del Ejército, de la Fuerza Aérea y Armada implica contravenir principalmente el Código de Justicia Militar, conductas que sólo contempla la enérgica justicia castrense, graves como la insubordinación o traición a las Fuerzas Armadas Mexicanas.

La institucionalidad y disciplina de las Fuerzas Armadas bajo el mando indiscutible del Presi-dente, en su carácter de jefe nato, son columnas fundamentales que apuntalan la vocación de servicio y honorabilidad de cada uno de los efectivos.

Las recientes conferencias matutinas del Presidente reseñando los acontecimientos de Culiacán, largas y álgidas, desembocaron en confrontación con periodistas, preguntas sin respuestas, dudas irresueltas, justificaciones innecesarias y, sobre todo, abdicaciones a la responsabilidad enorme que entraña resolver la tremenda inseguridad que nos aqueja, más grave aun e inexplicable revelar información confidencial que pone en riesgo a personas e instituciones, incongruente actitud cuando información irrelevante se reserva y clasifica como tema de seguridad nacional.

Estamos inmersos en un momento en que no asoman las soluciones y las propuestas ofrecidas se resquebrajan dando paso a la incertidumbre, al temor y a la desconfianza.

La integridad del Ejército se reafirma.

 

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