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108 aniversario del Ejército mexicano

Federico Ponce Rojas

Federico Ponce Rojas

 

 

“...el soldado mexicano en cualquier aspecto de su vida,

como en todo momento de su carrera,

se caracteriza por su acendrado cariño hacia el pueblo

que lo forma, dentro del más profundo

respeto a la Constitución de la República,

a las leyes que de ella emanan

y a las autoridades que legalmente la rijan...”.

Gral. de Div. Joaquín Amaro Domínguez

 

El 19 de febrero de 1913, el gobernador del estado de Coahuila, Venustiano Carranza, informó al Congreso local que Victoriano Huerta se había hecho cargo del Poder Ejecutivo en la Ciudad de México. Tras consultarlo con los legisladores coahuilenses, Carranza proclamó un decreto que en su artículo segundo le otorgaba facultades extraordinarias para armar y unificar al Ejército, con la finalidad de sostener el orden constitucional en contra del usurpador Huerta, quien con un golpe de Estado había derrocado y, posteriormente, había ordenado asesinar cobardemente al presidente Francisco Ignacio Madero González y al vicepresidente José María Pino Suárez.

Dicho decreto exhortaba a los demás gobernadores, jefes militares y al pueblo en general a sumarse a su causa, de esta forma nació el Ejército Constitucionalista, comandado por Venustiano Carranza, quien, dicho sea de paso, nunca aceptó cargo militar formal alguno.

El Ejército mexicano actual nace como respuesta patriótica ante la ruptura del orden democrático. En otras palabras, el Ejército mexicano se convirtió en la institución revolucionaria básica, como bien lo señalan los propios historiadores militares, el mexicano es un ejército salido del pueblo.

El Ejército Constitucionalista.

“El principio de la igualdad, base de la democracia, es incompatible con la existencia de leyes y tribunales especiales que implican privilegios de clases, condena estos el artículo 13 del proyecto de Constitución en los términos en que lo hace la de 1857, dejando subsistente nada más el fuero de guerra, pero en el proyecto se circunscribe más aún la jurisdicción de los tribunales militares, reiterándoles aquella de un modo absoluto respecto de los civiles complicados en delitos del orden militar.

“De esta suerte, el fuero militar responde exactamente a la necesidad social que hace forzosa su substancia; viene a construir una garantía para la misma sociedad, en lugar de un privilegio otorgado a la clase militar”.

El sostenimiento del orden constitucional es el axioma que estableció la génesis de nuestro actual Ejército; fuerza emanada del pueblo en armas, para contribuir a la estabilidad de la nación.

Así, nació el Ejército mexicano, enarbolando las banderas de la legalidad, la libertad y la democracia. Un Ejército con características bien definidas: lealtad irrestricta, disciplina inquebrantable y estructura que le diera presencia territorial para garantizar el orden del país.

La promulgación de nuestra Constitución en 1917 definía puntualmente el fuero militar; las leyes castrenses se dirigen predominantemente, por la necesidad de impedir un peligro para el Ejército, la sociedad y el Estado.

Por lo tanto, la exactitud de la disciplina en el Ejército radica en la pronta atención del comportamiento de los soldados, quienes ven en su comandante a un juez que puede castigarlos, donde no existe forma de eludir el castigo ni intervalo alguno entre éste y la falta cometida.

Dentro de los elementos distintivos de las Fuerzas Armadas en México se encuentra la disciplina, la cual es un principio organizativo esencial de todos los ejércitos y que, por su naturaleza, trasciende a la esfera interna del individuo y lo distingue de la sociedad en general.

El Presidente de la República, por mandato constitucional, es el comandante supremo de las Fuerzas Armadas y en ejercicio de esta función ha dispuesto una serie de actividades para éstas, las cuales con absoluta disciplina han cumplido cabalmente por orden superior.

No podemos soslayar que la capacitación, la formación académica permanente, la capacidad y el espíritu de superación que se desarrollan a través del sistema de educación militar y la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea, les permiten desarrollar las tareas encomendadas.

 

 

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