Justicia laboral pendiente en la CDMX

El próximo 17 de septiembre se cumplirán seis años de la entrada en vigor de la Constitución Política de la Ciudad de México, y en el transcurso de estos seis años, el Gobierno de la CDMX encabezado primero por Claudia Sheinbaum y después por Martí Batres ha sido ...

El próximo 17 de septiembre se cumplirán seis años de la entrada en vigor de la Constitución Política de la Ciudad de México, y en el transcurso de estos seis años, el Gobierno de la CDMX (encabezado primero por Claudia Sheinbaum y después por Martí Batres) ha sido incapaz de dar cumplimiento a varios de los artículos transitorios establecidos en la norma suprema de la capital.

Es el caso del artículo vigésimo sexto transitorio, en el cual se dispuso que en una ley secundaria se establecería el sistema de seguridad social para los trabajadores del gobierno capitalino “que no se encuentren incorporados al organismo encargado de la seguridad social de carácter federal”. Dicho de otro modo, la Asamblea Constituyente capitalina dispuso la creación de un “ISSSTE chilango” para aquellos trabajadores del sector público capitalino que, al día de hoy, no cuentan con seguridad social.

El tema no es menor, pues son miles de trabajadores del gobierno local que se encuentran en esta circunstancia. Tan sólo para realizar las labores de barrido manual y limpieza, la organización WIEGO documentó que el Gobierno de la Ciudad de México tiene contratados a unos 8 mil trabajadores, pero hay otros 14 mil voluntarios que no sólo no tienen seguridad social, tampoco reciben un salario y sólo subsisten de las propinas, como es el caso de quienes laboran en los camiones recolectores de basura, y por su propia actividad laboral están muy expuestos a diversas enfermedades, y no obstante ello, su patrón (el Gobierno de la CDMX) no les brinda ningún servicio médico.

Es el caso también de los miles de trabajadores, en los tres Poderes locales, contratados bajo el régimen de honorarios, o de lista de raya, muchos de los cuales llevan varios años bajo estos esquemas, sin recibir ningún tipo de prestación social. Los policías capitalinos son otro ejemplo, pues las pocas prestaciones con las que cuentan son financiadas primordialmente por ellos mismos, a través de las “cajas de previsión”; el gobierno también debería proporcionar recursos para estas cajas, sin embargo, les adeuda cerca de medio billón de pesos (con datos de la propia Secretaría de Finanzas capitalina).

Ante la omisión en que, durante seis años, ha incurrido el gobierno de la CDMX para darles seguridad social a miles de sus trabajadores, esta semana presenté ante el Congreso local la iniciativa de Ley del Sistema de Seguridad Social para las Personas Servidoras Publicas de la Ciudad de México. Esta iniciativa busca extender la seguridad social a trabajadores que históricamente han sido excluidos, y para ello se propone la creación de un instituto local encargado de gestionar la seguridad social. Entre otros derechos, se propone la atención médica, pensiones dignas, protección social integral a través de diversos tipos de seguros, préstamos, financiamiento de vivienda, indemnización por retiro, etcétera.

Esta iniciativa es el producto de muchos meses de esfuerzo, diálogo y colaboración con representantes de los trabajadores. Si bien es cierto que esta Legislatura está por concluir, y por lo tanto, la iniciativa no será dictaminada, también es cierto que los diputados de la próxima Legislatura pueden determinar qué iniciativas ya presentadas pueden retomarse.

Con esta iniciativa, damos testimonio de que Acción Nacional es la primera fuerza política en la historia democrática de nuestra ciudad desde 1997, en plantear una propuesta seria, técnicamente bien sustentada y que recoge las opiniones de diversas representaciones de los trabajadores, para hacer realidad, a la mayor brevedad, el mandato de la constitución capitalina de darles seguridad a absolutamente todos los trabajadores del sector público en esta ciudad.

El gobierno de Morena le ha fallado a miles de sus trabajadores en la capital; en contraste, en el PAN demostramos, una vez más, que somos una oposición propositiva. Ponemos nuestra propuesta sobre la mesa y dejamos el balón en la cancha de Clara Brugada; ya veremos si en verdad asume el compromiso con los trabajadores del gobierno que Sheinbaum y Batres ignoraron.

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