La ONU cumple 80 años y se prepara para enfrentar nuevas realidades

Por Jorge Mario Martínez Piva*

Hace ochenta años, en un mundo asolado por la guerra,

los líderes tomaron una decisión: cooperación sobre

caos. Ley sobre anarquía. Paz sobre conflicto. Esa decisión

dio origen a las Naciones Unidas, no como un sueño de perfección,

sino como una estrategia práctica para la supervivencia de la humanidad.

António Guterres.

La Organización de las Naciones Unidas fue creada oficialmente el 24 de octubre de 1945, cuando su acuerdo fundacional, la Carta de San Francisco, fue ratificada por los países signatarios. A sus 80 años, este organismo, creado inicialmente con el propósito de garantizar la paz mundial y fomentar la cooperación internacional, acumula importantes logros y enfrenta nuevos y desafiantes problemas.

La ONU ha representado y consolidado el multilateralismo como mecanismo de colaboración para abordar retos que abarcan más de una nación, facilitar decisiones conjuntas y acordar acciones compartidas. Los desafíos globales requieren del multilateralismo porque traspasan fronteras y son de interés común de varias naciones y, en algunos casos, de interés global. Uno de los principales logros de la ONU, sin duda, ha sido concebir que la construcción y consolidación de la paz requiere del respeto de los derechos humanos y el desarrollo de todos los países. Un resultado evidente ha sido evitar otra guerra mundial a través de un activo multilateralismo en el que han participado los países miembros.

En 1948 se dio un gran avance con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, la que agregó los derechos económicos, sociales y culturales a los derechos civiles y políticos reconocidos desde la Revolución Francesa. Así se conjugan los tres principios fundamentales de acción de la ONU: paz, derechos humanos y desarrollo.

Fue también en 1948 cuando se fundó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) con el fin de colaborar con los gobiernos latinoamericanos en su desarrollo económico, el mejoramiento del nivel de vida de sus pueblos y en la ampliación y el fortalecimiento de las relaciones comerciales, tanto dentro como fuera de la región. En 1951 se estableció la Sede Subregional de la CEPAL en México y desde 1966 se estableció en Trinidad y Tobago la Sede Subregional para el Caribe. De esta manera, la CEPAL realiza su trabajo en cercanía y diálogo con los gobiernos de la región para que su investigación sobre el desarrollo económico, social y ambiental, así como la cooperación y asistencia técnica brindada, respondan a las necesidades identificadas por los gobiernos.

Es importante destacar que la CEPAL ha creado una escuela de pensamiento latinoamericano sobre el desarrollo, que se caracteriza por su enfoque estructuralista y por mantener su preocupación por el crecimiento inclusivo y sostenible, el progreso técnico y la justicia social. Gracias a sus aportes, la región vivió el mayor impulso industrializador de su historia, promovió dinámicos procesos de integración regional, ha cuidado y mantenido el impulso de la conferencia regional de la mujer con el objetivo de lograr la igualdad sustantiva, ha incorporado la sostenibilidad a la agenda del desarrollo, ha mantenido la igualdad como un pilar de su trabajo y ha promovido políticas de desarrollo productivo como elementos fundamentales para el cambio estructural que la región requiere.

El mundo enfrenta hoy nuevos retos a los que las Naciones Unidas, la CEPAL y el resto de las agencias, fondos y programas de la ONU están avocadas a responder: los conflictos geopolíticos, las brechas de ingreso y desarrollo entre países y al interior de los mismos, la amenaza del cambio climático y el deterioro de los ecosistemas, la violación de los derechos humanos y la persistencia de conflictos armados. El multilateralismo sigue siendo la mejor propuesta para enfrentar estos problemas y la ONU seguirá siendo la organización multilateral donde se pueden abordar globalmente todos estos problemas en la historia.

Los nuevos retos, sin embargo, se basan en viejos problemas: el desarrollo desigual y la pobreza de muchas naciones. La paz y los derechos humanos necesitan del desarrollo de las naciones, y la CEPAL, como organismo para el desarrollo de América Latina y el Caribe, sigue comprometido con la creación de pensamiento propio latinoamericano sobre el desarrollo. La CEPAL seguirá aportando a los países de la región y a las Naciones Unidas rigurosidad técnica y opciones de política económica para el futuro. Para lograrlo, a 80 años de la fundación de la ONU, la CEPAL continúa impulsando su escuela de pensamiento latinoamericanista y refrenda su compromiso de trabajo cercano con los países de nuestra región.

*Director a.i. de la CEPAL en México.