Del civismo al cinismo

Esta supremacía se basa también en un mito: desde el de la costilla de Adán, hasta el dolor de cabeza de Zeus, ellos dieron vida a las mujeres, por lo que ellas les deben obediencia. ¿Por qué para las mujeres el “dios no ha muerto”? Misterios de las intrincadas relaciones de poder, o sea, de la violencia.

Nos lo advirtió el maestro Olac Fuentes Molinar, subsecretario de Educación Básica, de 1992-2001: “De poco valdría predicar la tolerancia en una institución intolerante, trabajar la diversidad en una institución que premia conductas únicas y trabajar la democracia en una institución autoritaria”, refiriéndose a la escuela y señalando el peligro de pasar del civismo al cinismo. Y ahí estamos, encantadas y maravillados de ver quién es el más o la más cínica.

(https://portal.iedf.org.mx/biblioteca/docentes/02_ECPD_Manual%20educadore...).

¿No es cinismo declarar, sin ninguna investigación de por medio y a pesar de hechos y dichos no negados, que “vamos a seguir colaborando en todo lo que requiera Sinaloa, porque además ya saben que yo tengo un cariño especial por Sinaloa porque mi esposo Jesús, es de Mazatlán, así que mi corazón está aquí?”.

(https://www.cronica.com.mx/nacional/claudia-sheinbaum-seguir-apoyando-si...).

Anécdotas, miles. Lo grave es cuando el cinismo permea el quehacer jurídico. El juez Francisco Salazar Silva absolvió del delito de violación contra la intimidad sexual a Diego “N”, quien, usando inteligencia artificial, alteró imágenes de compañeras sin su conocimiento y las vendió. ¿Explotación sexual digital? 130 mil imágenes, miles de videos y ocho denuncias de valientes mujeres. Adujo que “no hubo testigos de que usara inteligencia artificial” y con leer las leyes sobre la protección a las mujeres, satisfizo el requisito de juzgar con perspectiva de género, lo que compromete el bienestar de 50.7% de la población.

(https://www.opinion51.com/flor-rodriguez-2412-jueces-complices/?ref=opin...).

No democratizamos las estructuras educativas, burocráticas y sindicales. El autoritarismo en ellas es innegable. El doctor en Ciencias y experto en Metodología, Manuel Gil Antón, dice: “No se logra el cambio (en educación) sin entender que se actúa en el denso terreno de las concepciones, de las ideas consolidadas, más difíciles de mover que los elementos materiales”.

(https://www.eluniversal.com.mx/opinion/manuel-gil-anton/los-limites-del-...).

Las feministas lo sabemos desde hace mucho tiempo. Joan Scott nos advirtió que el género es una categoría de análisis, base del poder y Fernando Savater, cargado de ironía, nos dice que la supremacía masculina está fundamentada en “un cálculo responsable: el contrato sexual”, o sea, en la subordinación de las mujeres. Al absolver a Diego “N” está protegiendo los intereses de su género.

Esta supremacía se basa también en un mito: desde el de la costilla de Adán, hasta el dolor de cabeza de Zeus, ellos dieron vida a las mujeres, por lo que ellas les deben obediencia. ¿Por qué para las mujeres el “dios no ha muerto”? Misterios de las intrincadas relaciones de poder, o sea, de la violencia.

Las mujeres construyeron la ya famosa y denostada “perspectiva de género”. En palabras de Marta Lamas: “La perspectiva de género implica reconocer que una cosa es la diferencia sexual y otra cosa son las atribuciones, ideas, representaciones y prescripciones sociales que se construyen tomando como referencia a esa diferencia sexual”.

Esa sentencia se basa en la ¿idea, prejuicio? de que las mujeres son cuerpo, son objeto y como tal, su imagen se puede vender, con o sin inteligencia artificial. En este mundo todo se compra y se vende, ¿cuál delito?

Hay que recordarle al juez que las mujeres somos seres humanas con derechos, pero no nos olvidemos del cinismo. Si ese juez se declara de la 4T, le perdonan. Si el gasto educativo se invierte en becas y en “la escuela es nuestra”, las estructuras verticales y corruptas de la educación seguirán. Para revertir el autoritarismo, son necesarias la libertad de expresión, la igualdad de derechos y las elecciones libres.

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