Coser y cantar
¿Qué hacer con las hebras reclamonas? Todos los días y a toda hora gritan por sus hilitos desaparecidos. Que las atiendan en alguna ventanilla y aprovechar ideas para someter más a los otros. Pero, siguen desapareciendo, hilo a hilo, hebra a hebra. Dejan huecos por toda su Realidad. ¡Hebras gritonas insoportables! Tristeza Mi Teuchitlán.
Digna, valiente Amparo.
A su tela la llamó Realidad. Está convencida. Sabrá hacer su retrato exacto, perfecto y bello. Sólo posible con la técnica de deshilado. Inició sin dudar, marcando su poder absoluto. Nada de divisiones, le dijo quien supone saberlo todo. Sólo ella y su aguja, marca amblición, dirán lo que conviene a 130 millones de hilitos que conforman la tela. Hay que dividirlos en dos, no mitades. Una, grandota y opaca, y la otra, pequeñita, de insistente color brillante. Adiós, Inai.
Primer paso: nada de estorbos. Todos a obedecer. Quitar eso que parece tribunal. Con la aguja, en muy enojosa faena, sacó los muchos hilos brillantes y estorbosos, y los amarró al ritmo que tocaban los acordeones. A otros hilillos que pretendían dictar reglas desde un remoto lugar llamado San Lázaro, intentó modificarles la espesura. Quedaron dos que tres latosos. Con su aguja, los irá afinando. Apareció más corrupción. Parece epidemia.
Vio una enorme sombra oscura del color indefinible de la narcomaldad. Se lo habían advertido. Buscó apoyo entre los varios hilos opacos y encontró que muchos abrazaban a los de la sombra oscura. Amblición ordenó no estorbar. Indispensables los unos para los otros. La táctica: simular detener su avance por la Realidad. Nada fácil. Y desde la otra orilla del río Bravo llegan amenazas. Para distraer, cantó con enjundia El sol sale para todos.
¿Cómo amarrar a la sombra oscura y resbaladiza? Pensó en los diminutos 2,478 nudos instalados en la base de su Realidad. Unos, no tan diminutos; otros son remolinos y hay algunos que ni la reconocen. En muchos de esos nuditos se apoya la sombra oscura. Supo de algunos con arreglos torpes y sin ruido. Otros, arman gran escándalo. Uno que parecía sombrero. A silenciarlos y sacarlos de la Realidad. Con paciencia, los deshila. Cada nudito depende de un grueso hilo.
Tiene a su disposición 24 gruesos hilos para doblegar a sus respectivos nuditos. Le faltan ocho para ser una absolutista completa. Lo desafiante, entre los 24, hay unos podridos, Sinaloa; otros a punto de extraviarse y los más, perdidos por completo. Se impone el orden. Los podridos, a simular; los descarriados, a ignorarlos y los nuditos dependientes de alguno de los ocho enclenques, a inundarlos de palabrería. Así, amarrarlos no es tan complicado, según reza amblición.
A los ocho enclenques, asfixiarlos, increparlos. A veces, acatan; las más, se revelan. Cual dolor de muelas, pero, nada es perfecto y a seguir paso a paso, las instrucciones. A veces, parecen puntadas de risa loca. Aún así, obedece con seriedad. Él sabe distraer a millones de hilitos insignificantes. ¿Olvidaremos el huachicol fiscal?
¿Qué hacer con las hebras reclamonas? Todos los días y a toda hora gritan por sus hilitos desaparecidos. Que las atiendan en alguna ventanilla y aprovechar ideas para someter más a los otros. Pero, siguen desapareciendo, hilo a hilo, hebra a hebra. Dejan huecos por toda su Realidad. ¡Hebras gritonas insoportables! Tristeza Mi Teuchitlán.
Un hilo, grueso como pocos, se le sublevó. Parecía enemigo. Operación tijera e hilacha de repuesto. Ahí no queda hueco. Buscó al más negro de los sometidos y su aguja lo ató. Eliminó de un escobazó al misógino y soberbio. Negoció. Puso a la hebra de repuesto. Cantó Yo, la mejor de todas. Nadie le creyó. Ahí está María Corina.
Ante el abismo de incomprensión, el truco “Invita al Papa”. Por la indeclinable fe en la Virgen de Guadalupe, quieren atrapar lo que se les escapa: el pueblo, los hilitos e hilitas. La Morenita convocó 13 millones sin acarreo ni tiliches. Amblición se asoma y amenaza. ¿Tendremos Amparo ante el tiradero? Resistir.
La Realidad de Morena deshilachada, a pesar de los rusos que la habitan. El vecino sigue inquietando y la sombra oscura crece sin control. “Unidos en la lucha, no nos moverán, la la lá”.
