Claudia en el G20: All You Need Is Love
La presidenta Sheinbaum hizo bien en acudir a la cumbre del G20. Salir, tener contacto personal con los líderes de otras regiones y países, escuchar voces diferentes y seguramente contrastantes a las de su equipo, siempre es sano. Sólo que la mandataria sigue viajando ...
La presidenta Sheinbaum hizo bien en acudir a la cumbre del G20. Salir, tener contacto personal con los líderes de otras regiones y países, escuchar voces diferentes y seguramente contrastantes a las de su equipo, siempre es sano. Sólo que la mandataria sigue viajando como líder de Morena, no como jefa del Estado mexicano. Se ha tardado en asumirse como Presidenta de todos y todas. Ello se refleja claramente en los dos discursos que pronunció en la Cumbre, ambos profundamente inadecuados, especialmente el primero, que fue su carta de presentación.
Después de los saludos de rigor al anfitrión y a los y las mandatarias presentes, Sheinbaum formuló una pregunta asaz de atrevida y aguda:
“¿Qué está pasando en nuestro mundo que en tan sólo dos años el gasto en armas creció casi el triple que la economía mundial? ¿Cómo es que la economía de la destrucción alcanzó un gasto de 2.4 billones de dólares?”.
¿Qué qué está pasando? No alcanzo a imaginar la respuesta a tan tremenda interrogante, pero lo intento: ¿los Dodgers le ganaron a los Yanquis? ¿La corriente del Golfo está cambiando de ruta? ¿El precio del litio se ha derrumbado? ¿Se encontró una nueva ciudad maya? ¿Perdió las elecciones el dictador Maduro? ¿O en algún lugar del planeta un país gigantesco y poderoso invadió a un país más pequeño para apoderarse de su territorio y desaparecer su cultura? ¿Algo así como la guerra contra México del presidente norteamericano Polk en 1847?
A dos días de que se cumplieran mil días de la invasión de Rusia a Ucrania, después de cientos de miles de muertos militares y civiles, la primera mujer Presidenta de México decidió dar un discurso tipo Miss Universo radical: Oh, ¿por qué se gasta tanto en armas?. “Reduciríamos migración, el hambre, si tan sólo elevamos la palabra ‘amor’ por encima del odio; la generosidad de la persona humilde y desposeída por encima de la avaricia y el deseo de dominación”. Parecía sugerir que bastaría que le cantáramos a Putin All You Need Is Love, compuesta cuando los Beatles regresaban de un ashram en la India. Y lo dice quien encabeza a un gobierno militarista y militarizado, que quiebra una tradición civilista de décadas.
El resto del discurso, lleno de pacifismo y clichés que los coaches enseñan a las candidatas a Señorita esto y lo otro (“No se te olvide mencionar la paz mundial”) y francas mentiras. Ignora que quienes la escuchan han recibido la debida información de sus embajadores en México. Dice Claudia: “Vengo a nombre de un pueblo generoso, solidario y sabio, a hacer un llamado a las grandes naciones a construir y no a destruir; a forjar la paz, la fraternidad y la igualdad. Llámenos ‘ idealistas ‘, pero lo prefiero, a ser conformista”. Quienes la escuchan han leído ya las tarjetas elaboradas con información de sus embajadores en México. México ya no es Cancún y mariachis. Ahora se habla de la “mexicanización” cuando se refieren al avance del crimen organizado y su creciente control territorial, a las masacres de inocentes en los bares y fiestas, a los miles de desaparecidos, al dolor de las madres buscadoras. Las misiones en México también han informado sobre el programa Sembrando Vida, que al inicio del gobierno anterior fue responsable de miles de hectáreas deforestadas y en la actualidad tiene resultados muy discretos, según la evaluación del Coneval. Nadie retoma la iniciativa mexicana de un fondo para sembrar arbolitos y comprar menos armas.
El segundo discurso fue durante la sesión de trabajo sobre Reforma de la Gobernanza Global. La presidenta Sheinbaum mencionó una versión de la propuesta de reforma al Consejo de Seguridad de la ONU que se ha venido elaborando en Relaciones Exteriores desde el año 2001 para que se aumente el número de integrantes del Consejo y éstos sean rotatorios, se elimine el derecho de veto de los cinco, etcétera. Todo mejor que el primer discurso hasta que insistió en poner a su gobierno como ejemplo: “En mi país, el pueblo de México ha decidido llevar inclusión, igualdad, democracia y justicia a ámbitos que no imaginábamos”. ¡Y puso como ejemplo la reforma que desaparece al Poder Judicial! De nuevo: los presentes saben que “inclusión, igualdad, democracia y justicia” son palabras cuestionadas por la oposición en México. Saben que las reformas constitucionales se han conseguido mediante una mayoría constitucional ilegítima, inconstitucional, aprobada por un Tribunal Electoral cooptado por el gobierno. Que su coalición obtuvo sólo el 54% de los votos, pero ostenta el 75% de las curules de la Cámara de Diputados gracias al robo del siglo: la sobrerrepresentación.
En resumen: 10 por haber asistido y haberse reunido con líderes importantes; 3 por el primer discurso; 5 por el segundo. Total: 18, entre 3: 6. De panzazo.
