Mayo en julio

El presidente Biden ha manifestado su entusiasmo por este suceso sin hacer mención alguna a México.

Ha sido capturado este jueves en Texas, Ismael Zambada García, El Mayo Zambada. Nacido un 1 de enero de 1948, ahora con 76 años de edad, las autoridades estadunidenses informaron sobre la detención de Ismael para sorpresa de propios y extraños.

Ismael era de los criminales más buscados en México y Estados Unidos por estar estrechamente relacionado con el negocio de las drogas y cuya organización se convirtió en una de las más influyentes a nivel internacional. ¿Quién es este personaje? Uno de los más buscados, a pesar de su fama de ser el fantasma entre los grandes capos, de bajo perfil, pero gran influencia que incluso lo vincula con Joaquín Guzmán. Escurridizo y de gran peso no sólo entre los cárteles, sino incluso hay quienes aseguran que dentro de la política y gobierno ha logrado mover piezas clave para continuar con sus asuntos sin trabas.

¿Cómo podemos leer esta captura de uno de los más buscados? El presidente Biden ha manifestado su entusiasmo por este suceso sin hacer mención alguna a México. De ahí, una primera lectura sería recordar el contexto estadunidense, a meses de sus elecciones presidenciales, justo cuando los republicanos parecen ganar en popularidad después de lo sucedido con Trump en Pensilvania, la captura de Zambada parece ser que tiene la intención de regresar el reflector hacia los demócratas.

Sorpresivamente, el fentanilo sigue siendo declarado como el “enemigo número uno” de los Estados Unidos, por lo que la captura representa, según ellos, un golpe fuerte contra el enemigo y un oficialismo fuerte y comprometido más allá del discurso incendiario republicano.

Por extraño que parezca (y por lo que explicamos en los párrafos anteriores) la captura de este capo mexicano poco significado tiene para México, incluso el Presidente, en su conferencia diaria, pareció no estar tan informado sobre la situación porque el hermetismo de las autoridades estadunidenses, como siempre, es un duro hueso de roer y del que los líderes mexicanos prefieren mantener su distancia para no crear tensiones innecesarias.

En una entrevista realizada hace aproximadamente 14 años, el mismo Mayo dijo “si me atrapan o me matan… nada cambia”. Declaración corta, pero certera que nos acerca a nuestra conclusión. Tal como sucede con el tema migratorio, que es ajeno al discurso incendiario, la realidad migratoria y las motivaciones de los migrantes a veces ni siquiera se enteran de este discurso. Así mismo sucede con las capturas de los capos, pues para la dinámica de producción, tráfico y consumo les es indiferente quiénes sean los líderes y lo que suceda con ellos.

Pongámoslo en otras palabras, el consumidor estadunidense, totalmente a la deriva en una de estas zonas de zombis, ahora virales en redes, dentro de las grandes ciudades en ese país, totalmente consumidos por la adicción, no van a rehabilitarse por este triunfo político-electoral.

Lo que sí suceda tal vez, es que el votante sea influido y que se esté buscando cambiar el resultado en las urnas y no en las calles.

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