La primera

La que gane, además del cargo público más importante, estaría heredando la estafeta que viene desde Amalia González Caballero.

Tenemos, hasta ahora, a las dos principales candidatas para las elecciones presidenciales de 2024. Resultado de procesos irregulares y turbulentos, Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaun son las dos contendientes por los dos principales frentes políticos.

Los antecedentes, procedencia y momentos de ambas son muy distintos y a los mexicanos nos espera un proceso electoral muy interesante que empieza desde ya.

Por la coyuntura, de por sí la elección ya pintaba para ser de las más importantes para el país, ahora, con la alta probabilidad de que México tenga por primera vez a una mujer como presidenta, le añade aún más trascendencia.

Dejemos por un momento las tendencias políticas para decir que hoy, sin importar el desenlace, estamos ante un hecho histórico para las mujeres, pues en caso de que la contienda se desarrolle, principalmente entre ellas dos, esto ya representa un logro para nosotras.

Si bien es cierto que anteriormente se habían postulado nombres como Patricia Mercado, Josefina Vázquez Mota o la misma Margarita Zavala, ninguna había antes figurado en papel protagónico como Claudia y Xóchitl.

La que gane, además del cargo público más importante, estaría heredando también la estafeta que viene desde Amalia González Caballero, primera mujer mexicana embajadora y quien luchara en favor de nuestros derechos, pionera en proponernos no sólo para votar, sino para ser votadas y cuya voz haría eco final en el decreto de 1953 para otorgar el derecho de sufragio a las mujeres. Setenta años después no solamente se ha logrado votar y ser votadas, sino estar a punto de liderar al país entero.

¿Cuál es el camino que espera a ambas en el futuro próximo?

Ninguna tiene un sendero sencillo, una, por ostentar un cargo público importante en el que se ha visto envuelta en diversos escándalos, pero donde, bien o mal, todos, a lo largo del país, saben de quién se trata con sólo ver su silueta.

Otra, que ha ganado popularidad a pasos acelerados en los últimos meses, pero que aún cerca de 40% de la población no la conoce, sin dejar de mencionar sus antecedentes con la aristocracia.

El duelo será interesante, la popularidad y el apoyo del oficialismo contra lo que tiene que ser una campaña agresiva para mostrarse como la alternativa forastera, la salvadora y aliada de la sociedad civil.

Los ganadores desde ya seremos los ciudadanos, este encuentro parejero entre el deseo férreo de defender el proyecto actual y el anhelo de la oposición por recuperar el mando, tiene que ser ocasión que despierte la creatividad de ambos lados y nos arroje propuestas creativas, asequibles y que vayan de acuerdo a las necesidades del país.

A nosotras nos ilusiona ver a dos de las nuestras en la contienda, pero, sobre todo, estamos esperanzadas en ver verdaderas intenciones de atender, entre otros, el tema de los feminicidios, la protección a periodistas, migrantes, apoyo a atletas y científicas, en donde las mujeres son parte esencial y aportan todos los días con esa esencia sólo nuestra.

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