La navaja suiza mexicana

“Se puede tener el poder y no pasar a la historia y se puede pasar a la historia sin tener el poder”, dicha por él mismo, esta frase define, pero no limita a Porfirio Muñoz Ledo, quien lamentablemente perdió la vida el pasado 9 de julio. Se va el hombre pero se queda un legado de encuentros y desencuentros, de una amplia gama de colores que matizaron la historia democrática de México.

Versátil hasta en lo privado y desde temprana edad, Porfirio encontraba sus aficiones en la oratoria y el debate, pero también en la natación y el box, ganó concursos de mambo y cha cha chá, al tiempo que era competidor y vencedor en los concursos nacionales e internacionales de ensayo y oratoria. La navaja suiza mexicana que, con los ahorros de sus certámenes ganados, terminó estudiando en Francia para regresar a territorio nacional y  cambiar la vida democrática del país para siempre.

De centro, izquierda y también de derecha. En los capítulos polémicos de su trayectoria destaca, sin duda, su paso por partidos de diferente tendencia, aunque algunos podrían señalar la incongruencia, también es cierto que siempre los movimientos se hicieron con astucia y que la habilidad para formar alianzas era de llamar la atención. Estos cambios de frente a placer siempre tuvieron importante incidencia en el desarrollo de la democracia en el país, cuyo punto álgido fueron las reformas que lograron terminar con la línea priista.

Todoterreno, de la esfera nacional al multilateralismo. Su conocimiento del contexto nacional e internacional en diferentes esferas, su formación en México y el extranjero, le valieron ser embajador de México ante las Naciones Unidas de 1979 a 1985, liderando a la delegación mexicana que por primera vez experimentó durante esos años la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU y del Grupo de los 77, lo cual contribuía a situar a México como potencia diplomática y a conservar esta línea consistente de política exterior por la que el país fue reconocido durante muchos años y que hoy parece haber perdido el norte.

Tiempista. En el futbol soccer, este adjetivo es atribuido sobre todo a los defensores que poseen una ubicación estratégica y logran hacer intervenciones en el momento exacto gracias también a una técnica pulida y, con ello, cambiar el rumbo del partido. Bien o mal, las intervenciones de Muñoz Ledo en la política mexicana fueron precisas y calculadas para inclinar la balanza de un lado u otro, para generar contrapesos, oposición y un interesante combate en la arena política.

Político, diplomático y congresista; senador, fundador y presidente; inteligente, polemista e ideólogo que, fiel a su estilo, también rompió con la administración actual y declaró: “El actual gobierno es, como dicen los muchachos, una facha. Es un populacherismo desordenado y contrario al estado de derecho”, en una de sus últimas sentencias con más eco. Que descanse en paz y que los mexicanos tomemos su ejemplo, que no nos importen los colores, que nos movamos hacia adelante siempre viendo por el bien de México, “a pesar de las diferencias”.