El tema de la salud mental ha cobrado importancia en los últimos años, sobre todo después de la pandemia por covid-19 vimos cómo este suceso dejó consecuencias y aprendizajes en materia psicológica casi al mismo nivel que el virus. No se trataba solamente de cuidarse del contagio de coronavirus, sino también de procurar no caer en desajustes emocionales, como ansiedad y depresión, casi tan graves como la enfermedad respiratoria y con resultados de riesgo para todos.
El contexto no ayuda, el mundo acelerado en el que vivimos y el bombardeo incesante de información por todos lados deja poco espacio para preguntarnos ¿cómo nos estamos sintiendo? ¿Por qué nos estamos sintiendo de tal o cual manera? y, más importante aún, ¿qué podemos hacer para mantener una buena salud mental?
A pesar del gran estigma que hay sobre terapias psicológicas y tratamientos psiquiátricos, en los últimos años ha ido al alza la demanda de estos servicios, hay más conciencia por parte de los seres humanos sobre la importancia de estos temas, sin embargo, poco hemos visto por parte de los gobiernos. No obstante, poco a poco el tema se ha colocado en la agenda, sobre todo internacional.
Durante su 77 periodo de sesiones, México presentó ante la Asamblea General de Naciones Unidas una resolución sobre protección a la salud mental, la cual fue aprobada el pasado 26 de junio por unanimidad y pasa a la historia como la primera de la organización sobre el tema.
Pero ¿qué significa esto?, a nivel internacional, el multilateralismo, entendido como la manera de abordar problemáticas conjuntas para buscar soluciones conjuntas, es un método que permite observar los retos globales desde diferentes perspectivas, compartir buenas prácticas que, en este caso, desde Naciones Unidas, pueden socializarse hasta cada uno de nosotros.
Para México, el hecho no solamente de formar parte de esta resolución, sino de ser el patrocinador principal de la iniciativa, marca un fuerte compromiso moral ante los ojos del mundo por atender y mejorar sus estrategias y políticas en el tema. Además de que contribuye en regresar a la diplomacia mexicana al concepto de excelencia y proactividad por la que es vista por la asamblea global y que en esta administración había perdido la brújula en más de una ocasión.
El beneficio es para nosotros, es un gran logro de todos y para todos que hayamos logrado colocar el tema y se hable de salud mental en foros mundiales, es un boomerang que regresará a nuestras manos cargado de compromisos por parte de nuestros líderes y de nuevas ideas para convertir este reto en oportunidad para mejorar la calidad de vida de cada uno.