La necesaria evolución democrática (Parte I)
¿Quién ganará? ¿Será Donald Trump o Kamala Harris? El New York Times publicó recientemente una encuesta en la que algunos estados clave estarían a favor de Harrissobre Trump (Michigan, 50-46; Pennsylvania, 50-46; Wisconsin, 50-46). Al mismo tiempo, en varias encuestas nacionales se mantiene una posición favorable para la demócrata.
Por una #SociedadHorizontal. ¡Que actúe!
No son pocas las discusiones que ocurren en torno a los procesos electorales. Las redes sociales, los “chats” y foros de diálogo socio-digital han amplificado la participación e involucramiento de la gente en torno a los más diversos temas y la política no ha sido la excepción. Hace unos meses, el debate era en torno a la elección en México. Hoy, la polémica alrededor de la elección estadunidense crece día con día.
¿Quién ganará? ¿Será Donald Trump o Kamala Harris? El New York Times publicó recientemente una encuesta en la que algunos estados clave estarían a favor de Harris sobre Trump (Michigan, 50-46; Pennsylvania, 50-46; Wisconsin, 50-46). Al mismo tiempo, en varias encuestas nacionales se mantiene una posición favorable para la demócrata. Todo indica que quitar a Biden le ha dado un nuevo impulso al partido gobernante. Aún es prematuro saber quién obtendrá la victoria en noviembre próximo.
No obstante, aunque muchos pensaron que después del intento de homicidio la elección sería un día de campo para el republicano, lo cierto es que el país está dividido, el triunfo es posible para cualquiera de los dos contendientes. Más allá de los estudios demoscópicos y las opiniones de “expertos”, lo cierto es que cada vez resulta más difícil prever la forma final en la que aterrizará la participación de las masas votantes.
El modelo democrático ha exhibido la enorme división que caracteriza actualmente a las sociedades occidentales. Mientras que el crecimiento de personajes polémicos como Donald Trump representa para muchos la razón de todos los males, lo cierto es que el republicano es más el “efecto” de la polarización imperante que su “causa” u origen. Por ello, hay que entender a fondo qué es lo que ocurre con las instituciones del Estado liberal, para comprender que aún no se identifica cómo es que las instituciones democráticas deberían evolucionar —si es que logran hacerlo— para garantizar una mejor participación de todos, no sólo de unos cuantos.
La mayoría de la población percibe que dichas instituciones sólo son funcionales para un pequeño segmento; el resto las califica como “antipopulares” o las siente verdaderamente “nocivas”. Aunque, desafortunadamente, estos liderazgos se aprovechan maliciosamente de la situación, lo cierto es que las sociedades llevan mucho tiempo divididas (ricos y pobres, blancos y “de color”, “nacos” y privilegiados, etcétera).
Gane Trump o Harris, prevalecerá la “crisis de la vieja institucionalidad”. En tanto el “Estado liberal democrático”, del que fue modelo icónico nuestro vecino del norte, no logre una evolución para “formalizar” nuevas soluciones, la irrupción de las nuevas mayorías que hoy se informan, comunican y organizan de forma más veloz y sofisticada, seguirá representando un caos.
Entre las alternativas inmediatas que debemos explorar están: a) Evaluar mecanismos más profundos de democracia directa que resuelvan la crisis que vive la democracia representativa; b) Aprovechar la tecnología para que la participación individual involucre a la sociedad en su conjunto en las decisiones públicas (sean legislativas, ejecutivas o judiciales); c) Provocar una real verificación-rendición de cuentas del acto público, directamente por parte de las masas, que supere lo que hasta ahora hacían los medios de comunicación.
En los últimos años sobran textos que critican el populismo. Sin embargo, la academia ha sido lenta para entender las razones “estructurales” de su crecimiento, peor aún para proponer nuevas respuestas. Si la tecnología involucró la voz de nuevas mayorías que antes eran simples espectadores, las instituciones del Estado liberal deben fluir y adaptarse a esta nueva realidad, de lo contrario, morirán.
Más allá de elucubrar quién ganará la elección en EU, sirvan estas líneas para proponer que la #SociedadHorizontal impulse este tipo de discusión en los foros académicos, empresariales, sindicales y sociales de todo tipo.
