Quizá cuando usted lea esta Consejería usted se habrá enterado, junto con el resto del mundo, lo que la Fed decidió hacer en relación a la política monetaria de su país, Estados Unidos.
Ya habrá entonces también percibido la reacción de los mercados respecto a dicha decisión y sabrá si a usted le está yendo bien o mal en cuanto a lo que haya decidido hacer en relación con su participación en los mercados.
O bien, si no participa en estos ambientes de manera activa, podrá al menos saber cómo se resuelven las cosas que a un servidor y a muchos alrededor del mundo han preocupado en las últimas semanas.
Claro que usted puede no interesarse en los temas económicos y de mercados financieros, en cuyo caso agradezco que lea esta columna y le pido me comunique cuál es el atractivo que encuentra en ella, para tenerlo en cuenta y conservarle como lector.
En medio de todo esto, han pasado varias cosas. En la prensa especializada internacional, el tema de las decisiones de los bancos centrales sigue estando en el centro de la información, pero el tono cambió ligeramente, desde mi punto de vista.
Hasta la madrugada del martes (ya avanzado el día en Europa) las cosas seguían apuntando hacia meterle presión a las partes involucradas, que no son sólo los bancos centrales de Europa y Estados Unidos.
Después empezaron a cambiar en el sentido de que otras opciones existen si no se quiere hacer ahora una decisión de política monetaria expansiva. Lo anterior me sugiere que más de uno se está “curando en salud”.
En realidad lo que más se había publicado era la opinión de terceros, en su mayor parte involucrados con los mercados y claramente con posiciones compradoras.
Y los textos empezaron a cambiar. Quizá porque los editores empezaron a notar que no es tan fácil decidir sólo por lo que los involucrados dicen y que al final tales posturas se pueden deducir como lo que el medio dice y que puede ser interpretada como su postura, de tal suerte que si las cosas no salen como se leen o se presumen, la credibilidad está en juego.
Aquí vale deslindar responsabilidades. Un servidor agradece a Excélsior el espacio que tengo para escribir lo que pienso. Excélsior no es responsable de mi opinión y menos de lo que ocurre en los mercados.
Yo tampoco soy responsable de lo que ocurre en los mercados, pero sí de lo que pienso y digo. No pretendo ser lo que no soy. Sí espero compartir con mis ideas e incluso mis sentimientos. Como escribí ayer, en este río, cada quien rema su propia canoa.
Otra cosa que ocurrió en este entretiempo es que en Estados Unidos las fuerzas políticas llegaron a un acuerdo para postergar la crisis fiscal, que amenazaba y presionaba a su economía y por lo tanto a la sociedad en su conjunto. Es un acuerdo temporal, por seis meses y empieza en agosto.
Aún no está del todo aprobado, pero me parece que es una buena decisión que implica respeto por los procesos políticos.
Más de uno dirá que sólo “patearon el balón” unos metros adelante y sí. Pero lo hicieron para salvar el tiempo electoral y permitir que las decisiones de los temas económicos importantes no se contaminen con la decisión que una sociedad tiene que hacer para definir una parte importante de su opción de vida política, por varios años en el futuro. Más allá de los números fiscales, es una buena decisión de cara a la ciudadanía.
Al final, como he comentado en muchos foros, Estados Unidos tiene muchas más opciones que Europa, simplemente porque en aquella región, lo que vaya a ocurrir, es una decisión de dos.
Lo anterior no cambia mi punto de vista sobre los mercados. Si la decisión fiscal de los gringos les hace (a los mercados) restar importancia a lo que la Fed haga o deje de hacer, ya tomaré mis decisiones.
Hoy (martes a la 20:00 horas) no sé si una cosa anula a la otra y en la desesperación por obtener resultados positivos provoque una reacción “compradora” y todo el mundo —yo no estaría incluido en esa parte del mundo, por lo que usted sabe— se sienta feliz. Si así ocurre, pues ya habré tomado mis decisiones para contrarrestar tales efectos.
Pero en cualquier asunto, faltan cosas por ver, empezando por saber qué opinan en realidad los mercados, lo que haya decidido la Fed y, por supuesto, lo que en Europa se instrumente, si es el caso. Y cualquier otra cosa que ocurra. Suerte.
