¿Entrarán los invitados al recinto de la supuesta fiesta?

- No faltan más que tres días para saberlo.

En alguno de los portales de información que suelo revisar durante el fin de semana me encontré con que su encabezado principal era algo así como: “Desenrollando la alfombra roja para los banqueros centrales”, aludiendo a la costumbre que se ha extendido a todo tipo de evento en el que se supone que va a haber una celebración, además de un acto importante.

La alfombra roja es el camino de entrada y a la vez símbolo de bienvenida para los invitados.

Nótese que se menciona como sujetos de la invitación a “los banqueros centrales” y no a los bancos centrales, de modo que el asunto se personaliza y con ello se pretende comprometer a las personas, no a las instituciones.

Desde hace meses he escrito en este espacio que los mercados han venido presionando a los bancos centrales para que relajen más aún sus políticas monetarias, a través de las mecánicas que puedan ser usadas y la semana pasada se dieron eventos que incitaron a los mercados a incrementar la presión que han ejercido.

Como usted sabe, amigo lector, pienso que la forma en que esto ocurre es con movimientos extremos, en este caso, con alzas continuas en los precios de las acciones y alzas en las tasas de interés en los rendimientos que en el mercado alcanzan los bonos soberanos de países como España e Italia.

En ambos casos traduzco el mensaje como: “…confiamos en ustedes para que las acciones sigan subiendo y las tasas empiecen a bajar”.

La pregunta es si los bancos o los banqueros centrales aceptan la invitación y entran al recinto donde se supone habrá una fiesta, de las que ellos pueden ser los protagonistas principales.

Los hechos últimos que decidieron a los mercados a organizar el festival que en teoría acontecerá en la semana laboral que hoy empieza, fueron el primer avance del PIB estadunidense del segundo trimestre de este 2012 (1.5%), que resultó en línea con lo esperado, pero ciertamente mostrando que el crecimiento en Estados Unidos ha perdido dinamismo respecto del primer trimestre de este año y el último de 2011 (2.0 y 4.1%, respectivamente) y que dado el ambiente que priva antes de una elección presidencial en la que uno de los candidatos es el actual Presidente, pues cualquier dato que favorezca o perjudique a cualquiera de los dos contendientes es usado por los oponentes para agredir al contrincante y “jalar agua para su molino” según convenga.

En este caso, y dado que la economía es “el” tema central de las campañas, el agredido es Barack Obama.

A la par de lo anterior y como escribí en la Consejería del viernes pasado, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, dijo que la institución que preside está preparada para hacer lo que sea necesario para defender al euro y en el transcurso del viernes, se dijo que sostendría pláticas con el Banco Central de Alemania y el Ministerio de Finanzas de ese país, presumiblemente para tratar el tema de un programa adicional de compra de bonos soberanos en Europa, a lo que los alemanes se han negado reiteradamente.

Fue quizá este último punto lo que animó a los mercados el viernes pasado y yo le tomé la palabra, de acuerdo a lo que he escrito en Consejerías previas.

Así que salí a vender aquellas cosas en las que tenía una utilidad interesante y que compré en las últimas dos semanas.

Reduje mi exposición al mercado accionario a la mitad de lo que tenía, que ya era un monto reducido de sí (aproximadamente 50% de lo que puedo invertir en acciones, que a su vez es alrededor de 70% del portafolio total).

Pensar que los banqueros centrales van a tomar la decisión que me conviene porque estoy invirtiendo en acciones más de lo que puedo aguantar y que por ello el mercado va a subir, me parece que es actuar a partir de la esperanza, que no es una buena consejera en temas de mercados.

Y como tampoco me gusta tomar posiciones ambiguas (vi un reporte de una casa de bolsa que decía algo así como: “… los mercados subirán o bajarán fuertemente dependiendo de lo que hagan los bancos centrales”; “novedoso”, ¿no?), actué en consecuencia de mis ideas respecto a que no habrá decisión importante alguna por parte de los bancos centrales.

Usted ha podido leer mis razones para tal postura. Sea lo que sea que haya decidido usted, le deseo suerte.

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