La “sobrecompra” surtió sus efectos ayer. Veremos cuánto dura

Una baja nunca es oportuna, pero puede ser útil. Algo siempre se puede hacer; por lo pronto acomodo mis posiciones.

La condición técnica que señalé en la Consejería de ayer respecto a que en el mercado mexicano las acciones y el IPC estaban ya o por entrar a la llamada zona de “sobrecompra” generó ayer sus efectos.

Varias de las acciones que integran el IPC bajaron entre 2% y 4% y en general, hubo más baja que alzas. El IPC terminó bajando 1.3%, en una jornada en la que hubo pocos momentos de alza. Si se observa la trayectoria intradía (yo uso gráficas de un minuto) para todo fin práctico fue una baja continua.

En lo que a mí toca aproveché el día para “acomodar” mis posiciones. Me refiero a que de tiempo en tiempo ocurre que uno se topa con que alguna acción tiene un peso mayor al deseable en el portafolio, a veces porque se apreció lo que se había comprado, a veces porque se compró de más o porque se mantuvo mientras otras acciones bajaban.

Por lo que sea, pero en esos casos sobre todo si está mostrando una condición ganadora, yo prefiero tomarles la palabra, así que en unos casos me deshice de la mitad de lo que tenía y en otros, de plano decidí venderlo todo, desde luego con algunas limitaciones, pues por muy “sobrecomprada” que esté una acción trato de no “chacharearlas” y si no logré realizar la operación que quería o no lo hago en su totalidad, pues ni modo, mañana será otro día. Lo mismo hago cuando estoy comprando.

Hay quienes dicen que nadie se hace pobre por vender con utilidades y también quienes dicen que nadie se hace rico vendiendo en un mercado alcista. Ambas ideas tienen parte de la razón.

Pero hoy mi visión de las cosas es que pienso no estamos en una tendencia alcista, o en el mejor de los casos si estamos en una trayectoria de ese tipo, la duración puede ser corta, por las causas que ayer mencioné: cercanía a las líneas de retorno en el caso del IPC, las zonas de sobrecompra, pero también por la agresividad del alza de las últimas semanas y más aún, la de los últimos días. Por eso vendo. Luego veré si compro.

Así las cosas, una baja en estos momentos es casi normal. Soy el primero en decir que una baja nunca es oportuna, pero si se presenta en condiciones como las que hoy vivimos, además de normal puede hasta ser útil.

Como suele ocurrir hay cosas en las que me quedé afuera y con ganas de participar, de tal suerte que quizá una baja vuelva a darme una oportunidad para hacerlo, aunque lo que decida hacer será analizado caso por caso y a la luz de la situación que prevalezca cuando llegue el momento. Que creo no tardará mucho.

Sin embargo y contemplando el ambiente, puede que una baja sirva para recordarnos que las cosas no están en su mejor momento, si bien reconozco que han encontrado un cierto espacio de calma en el que se han conjugado varias cosas: la contención de los problemas europeos, los resultados corporativos. Los intentos en varios países de apoyar al crecimiento, etcétera.

Dado lo anterior preferiría ver al IPC en 40 mil 500 puntos (ayer cerró en 40 mil 747) y mejor aún, en 40 mil 300 o en las cercanías, para animarme e participar otra vez, con la limitaciones que me impone la estrategia general que elegí (montos pequeños –relativamente–, movimientos rápidos).

Sin embargo y como bien sabemos todos, las estrategias son marcos generales de actuación que permiten no incurrir en riesgos innecesarios, por lo que podemos tener alguna sorpresa derivada fundamentalmente de los resultados trimestrales en Estados Unidos y en México.

Y los menciono en ese orden, porque los del mercado estadunidense “brincan” en alguna de mis pantallas, cosa que no ocurre con los del mercado local. Y como dice nuestro dicho: “Santo que no es visto, no es adorado. Suerte.

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