Y sí, la Fed no ve motivos para mayores apoyos monetarios, por el momento
El comportamiento de los mercados ayer, confirma que esperan otro QE.
Lo ocurrido ayer en los mercados confirma –por fortuna– la apreciación que he externado en varias ocasiones recientes acerca de lo que están haciendo y por qué, respecto de la posición de la Fed.
Las cosas marcharon razonablemente, quiero decir, con alzas y bajas, pero con un ligero sesgo alcista, hasta que se aproximó la hora –las 13:00 locales– en que la Fed revelaría la minuta de su última reunión de política monetaria.
Un par de horas antes los mercados se lateralizaron –más en Estados Unidos que en México– y después de la publicación del documento cayeron con violencia, para después tener un alza en la última media hora de la jornada.
La lateralización la entiendo como la decisión de dos equipos de fut que saben que con el resultado que tienen hasta 15 minutos antes del final del juego, les basta para avanzar a la siguiente ronda del torneo.
Se dedican a tener el balón, no lo arriesgan, el que no tiene la pelota no agrede al que la tiene y así se la llevan hasta que el árbitro pita el final del juego.
¿Recuerda los minutos finales del México vs. Italia, el último partido de la ronda de grupos, en el Mundial de Corea–Japón en 2002? Si no lo recuerda, créame por favor que así fue; los dos calificaban con el empate y nadie arriesgó de más. Se vale; nada lo prohíbe. Hay ejemplos de sobra en el futbol “profesional”. Algunos, casi grotescos.
La baja que siguió casi de manera inmediata a la publicación de la minuta, la interpreto como la rabieta que hace alguien que no obtuvo lo que esperaba, aun cuando no tenía motivos reales para pensar que las cosas iban a suceder como decía.
El alza del último tramo de la jornada es algo así como no querer estar afuera de la competencia, aunque ésta no pinte como para resultar triunfador, pero tampoco se quiere perder por goliza. Y al final, quizá hasta alcanza para un empate.
Así las cosas, prefiero haber tomado la posición que usted conoce, amigo lector: reducir mis posiciones accionarias a un mínimo razonable y trabajar con mi liquidez en los próximos meses tratando de aprovechar coyunturas de precio, en pocas acciones y de preferencia en aquéllas que tienen alto volumen, para no verme involucrado en cuestiones de poca profundidad de mercado, lo que es común en México.
Pero siempre he dicho que para tener un portafolio diversificado, no hacen falta más que cinco o seis acciones; en caso extremo, no más de diez, cosa que sí se puede hacer en el mercado local.
Diversificación no es tener de todo, sino lo que uno necesite y pueda controlar para alcanzar los objetivos planteados.
Claro que hoy existen instrumentos que permiten optimizar al portafolio en épocas como la actual; me refiero a los llamados “derivados”, a las ventas en corto, al préstamo de valores, a las notas estructuradas, etcétera, considerando también la posibilidad de operar en mercados distintos al nuestro, lo que amplía el menú casi al infinito, con los riesgos y limitaciones que ello supone.
Requieren conocimiento, y recursos técnicos y monetarios, además de admitir el riesgo cambiario, que puede anular o incrementar los posibles resultados.
No basta con tener a un intermediario que diga que sabe del tema y que puede hacerlo. Yo creo que hay que entender las cuestiones en las que uno se mete, para acotar el margen de error.
De regreso al tema de la Fed, creo que la minuta publicada ayer confirma que no es aún el momento para pensar que procederá con una nueva ofensiva monetaria, salvo desastre, que no se ve en el corto plazo y considerando que tal recurso –la expansión monetaria– ; los QE ya han sido usados, de tal suerte que la magnitud del siguiente, si eventualmente se decidiese instrumentarle, tendría que ser “jugosa” para que la economía reaccionara, con las consecuencias que ello tendría.
La Fed no está pensando en los mercados, sino en la economía estadunidense, en todo caso. Si tiene razón o no, es tema de amplia discusión en terrenos académicos y políticos.
Y en este último, creo que tan poco hay apremio, pues Barack Obama, al menos hasta ahora, aparece como futuro ganador de las elecciones en Estados Unidos, en noviembre próximo.
De mi parte, estoy en lo dicho. No me peleo con los bancos centrales y trabajo con las herramientas que dispongo, sin hacerme ilusiones. No confundir expectativas, con esperanzas. Suerte.
