Sara Aldrete, eje del documental La narcosatánica

La docuserie, que tiene como hilo conductor la voz de La madrina, quien fuera parte de Los narcosatánicos, despejará las aristas pendientes del caso

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A 34 años de su detención y de permanecer en diferentes prisiones del país desde 1989, Sara María Aldrete Villarreal sigue declarándose inocente. La conocida bajo el sobrenombre de La madrina relatará su historia, de viva voz, a través de la serie documental La narcosatánica, que se estrena el 13 de julio en HBO Max y, semanalmente,  los domingos por HBO.

Aldrete Villarreal, también llamada La narcosatánica, hablará de uno de los casos criminales más controversiales de la década de 1980, por el que purga una condena por los cargos de inhumación, exhumación de cadáveres, profanación de cadáveres y el asesinato de 13 personas, quienes fueron mutiladas en ritos de santería en Matamoros, Tamaulipas, bajo las órdenes del líder de la secta de Los narcosatánicos, Adolfo de Jesús Constanzo El padrino (1962-1989), al que ella estuvo ligada.

A lo largo de tres episodios, la serie documental, dirigida por Patricia Martínez, abrirá las preguntas que quedaron inconclusas y ventilará si hubo irregularidades en la impartición de justicia, sobre todo en el caso de Aldrete Villarreal.

Además, expondrá cómo fue tratado el asunto en los medios de comunicación y la presunta relación de figuras de la política y el entretenimiento como “clientes” de la secta, que solicitaban trabajos especiales de santería.

Es mi punto de vista a través de Sara. El hilo conductor aquí, narrativo, es Sara Aldrete, porque de los cuatro personajes principales que formaron esta secta, ella es la única viva. Ella estuvo en los sucesos fundamentales, en los rituales. Entonces, realmente, si no está Sara, no hay historia.

Ella es nuestro hilo conductor y es su punto de vista a partir de que conoce a Adolfo de Jesús Constanzo y es perseguida, detenida e involucrada en esta serie de eventos ilícitos, en parte de narcotráfico y rituales de santería. Luego, fue sentenciada a 600 años, que en su momento fue muy escandaloso”, relató la directora Patricia Martínez, en entrevista con Excélsior.

El testimonio de Aldrete Villarreal desde prisión es la guía de esta serie documental, que, además, cuenta con testimonios de reporteros y agentes de investigación que cubrieron el caso. También se vale de material de archivo y reportajes especiales, que abordaron, en su momento, cómo la originaria de Tamaulipas, quien cursaba la carrera de Educación Física en Southmost College, en Brownsville, Texas, se unió a la secta que secuestró, torturó, mutiló y asesinó a 13 personas, entre ellas, presuntamente, el estudiante estadunidense Mark Kilroy, de 21 años.

Fue por tal desaparición que intervino la policía tanto de México como de Estados Unidos. La secta fue descubierta cuando, en un retén en la carretera, la policía de Tamaulipas detuvo a David Serna Valdez, un joven que conducía una camioneta y que, al no detenerse, fue perseguido e interrogado. Reveló que pertenecía a una secta de magia negra en la que se mezclaba narcotráfico con rituales en los que había sacrificios de personas al azar, liderada por El padrino. Así la policía dio con el Rancho Santa Elena, en Matamoros, donde se realizaban los rituales de sangre. Se encontró una fosa común, calderos con restos humanos y animales, así como otros elementos de santería.

El líder de la secta y otros integrantes, entre ellos Aldrete, huyeron a la Ciudad de México. Trascendió que El padrino pidió que le dispararan, al no tener escapatoria. Ante su muerte, Aldrete fue detenida y condenada a 600 años de prisión. En un segundo juicio, fue sentenciada a 62 y, para 1995, su condena se modificó a 50 años. Ha estado presa en el Reclusorio Oriente, el penal de Santa Martha Acatitla, el Cereso de Baja California y el Penal Femenil de Tepepan, en Xochimilco.

¿Qué queda pendiente por responder acerca de este caso? Para la directora de la serie, hay aún aristas que despejar.

Aquí hay que saber que Sara es la única no confesa. Los demás personajes involucrados, sobre todo en Matamoros, de alguna manera aceptaron, aunque, claro, sus confesiones fueron bajo tortura, lo cual ahora sabemos, y que en su momento se señaló. Pero, Sara siempre ha mantenido ese discurso, después de 34 años, en donde ella no participó.

Es importante saber que, por lo que ella sigue en prisión, es por los 13 cadáveres que se encontraron en Matamoros. A partir de ahí, hay que ver que sí hay una serie de lo que ahora conocemos como ‘el debido proceso’. En México sigue permeando eso de no saber impartir justicia. Siempre los casos están sucios, hay encubrimiento y  participación de las mismas  autoridades.

Hay una cuestión fundamental: A ellos (la secta) se les descubre por el asesinato de un norteamericano. Uno de los periodistas de Matamoros nos narra cómo los norteamericanos, trasgrediendo la soberanía, pasan, acordonan y hacen su propia investigación. ¿Qué pasa con las pruebas?

Si le preguntamos a cualquier persona, desenterrando al mito, nos dirán: ‘ah, sí, era una secta que hacía rituales humanos’. Punto. Es en general, una anécdota. Pero si realmente nos metemos al caso, hay todas estas faltas y un debido proceso bastante sucio, no bien llevado, lo cual sigue sucediendo en México. Hay que poner atención.

La prensa, en su momento, abonó para eso, ya presentándolos como culpables. Se les interrogó y se les hizo declarar sin ningún abogado. Hay muchos puntos a los que deberíamos poner mucha atención, porque son tan escandalosos como los propios crímenes”, destacó.

Patricia Martínez aclaró que el objetivo del documental no es redimir a Sara Aldrete, sino darle voz.

Hay que ponerle atención y escucharla, porque no se le ha escuchado. Se le ha presentado como La narcosatánica, pero hay que prestarle atención a lo que nos dice”, concluyó.