Louis Tomlinson, siempre un Directioner

Días acampando. Sí, días. Louis Tomlinson atrasó muchas veces su debut como solista en la Ciudad de México, valía la pena soportar hasta el granizo del domingo para tener lo más cerca al exjugador y fanático del Doncaster Rovers de la League One de Inglaterra. 

Uno de los sueños del británico siempre fue defender la camiseta rayada del Donny, y lo logró como jugador reserva, pero después de anoche dudamos que se arrepienta de no estar en la cancha. Ocho mil personas cantando We Made It y Drag Me Down después de retrasarse una hora. Definitivamente está en el lugar correcto.

Y esto no sería posible sin ustedes. Los pinches amo”, gritó. A comparación de las believers, todas las chicas que vienen de ser directioners pueden presumir ser las más escandalosas y entregadas. Sólo porque Tomlinson traía buen ingeniero de sonido logró que su voz fuera notoria, de otra manera no lo hubiera logrado.

Las niñas, porque eran una mayoría, se sabían absolutamente todas las canciones. Don’t Let it Break Your Heart, una de ellas. Tomlinson es un melancólico. Sabe conectar por aquí con todas esas fans que estaban viviendo una vez más el sueño, o quizá era su debut. Y lo aprovecharon.

Entre las maravillas de ser joven, apasionada sólo por Louis y nada más es que se llevarán a casa y por el resto de sus vidas la vez que cantaron abrazadas Two of Us.

Como no les interesa embrutecerse con alguna bebida, porque aún no están en edad, pueden hacer que los días y horas que acamparon fueran del Pepsi Center WTC valieran la pena. “Fucking love you”, decía una y otra vez. Ya agregarle el “fucking” magnificaba lo vivido desde el escenario.

Antes de iniciar el show, un par de moderadores pidieron pasos para atrás para no ahogar a las fans de valla o causar alguna tragedia. Había preocupación; enviaron garrafones de agua para hidratarlas, pero, señores, las louies no son incivilizadas. En el show todo transcurrió en paz. Saltaron si se ameritaba, se cuidaron las unas a las otras en baladas como Changes.

Uno pensaría, “las directioners ya crecieron. Se pueden cuidar solas”. Y sí, pero esta fiebre pasa generaciones, así que las más chicas se metieron lo más que pudieron, para tener cerquita a Louis, mientras sus padres permanecían fuera del inmueble o tomando cerveza hasta el fondo del lugar.

Como en otras fechas se había bajado a pararse a la valla, esperaron pacientes el momento. Así pasó 7, Fearless, Only The Brave. Por cierto, nadie le aventó carteles, cartas o regalos que se acostumbran, tampoco ningún peluche del Dr. Simi, como ahora se acostumbra en varios conciertos. Ya saben, el sello del mexicano. Se respetó porque una voz así lo pidió previo a la salida del cantante.

Louis tiene un estilo propio para cantar con el micrófono abrazado por sus dos manos. Un estilo bastante brit. Habit ya fue el colmo, causó un grito agudo que llegó a molestar terrible en los tímpanos de todo aquel que no estaba metido de lleno en el show.

Él conserva ese estilo poppy rock de One Direction a comparación de Harry Styles, Niall Horan, Zayn Malik y Liam Payne, sus amigos de banda. Cada uno tomó un rumbo distinto, un capítulo para alejarse el uno del otro, y hasta ahora se comprende que ya era insostenible tener una boyband con tantos estilos, inquietudes y pensamientos diferentes.

Sin embargo, sólo se percibe en vivo. Con éste, porque puede pasar de un arranque frenético a un desenlace bastante meloso con Defenceless, Beautiful War, de Kings of Leon; y Little Black Dress, de 1D. Sobra decir que esta última fue impresionante y dejó en claro que una vez directioner, para siempre una del clan.

Tomlinson acabó su primera fecha con Walls, Through the Dark y Kill my Mind cerca de las 23:00 horas, con la que por fin se aventó a la valla.

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