Le apuestan a los musicales; alternativa teatral

CIUDAD DE MÉXICO.

A pesar de la crisis del teatro en México y de la preocupación de los productores por que cada obra sea exitosa, los musicales continúan siendo una de las grandes apuestas de la cartelera de nuestro país.

Tal es el caso del reciente estreno de Jesucristo Súper Estrella,  producción de Alejandro Gou, que tiene como atractivo contar con figuras conocidas de la industria musical como Beto Cuevas, Érik Rubín, María José, Enrique Guzmán, Kalimba, Leonardo de Lozanne y Yahir, respaldados por un ensamble de teatro musical.

Además de la música de Andrew Lloyd Webber y letras de Tim Rice, Gou y su equipo creativo agregaron elementos para poner a estos cantantes en el escenario para interpretar a un personaje, y sumar tecnología de punta en escenografía e iluminación, más músicos en vivo. Un montaje moderno.

El resultado es una temporada vendida en un 90 por ciento, ampliada hasta finales de año, con miras a una función en el Auditorio Nacional para diez mil asistentes, y aplausos de pie.

“Nos quejamos mucho de que la gente no va al teatro, pero me acabo de dar una gran sorpresa y respuesta: hay que movernos de nuestra zona de confort para que la gente venga”, expresó Alejandro Gou a Excélsior.

El riesgo es todo, incluyendo la incertidumbre en particular este año por el cambio de gobierno.

El productor explicó, sin embargo, que los rostros conocidos son un elemento que continúa interesando al público.

“Antes con una estrella llenábamos los teatros. Juan Ferrara, por ejemplo, llenaba un teatro, o Jorge Salinas. Ahora hay que reunir a varias estrellas, una gran producción, inversión, publicidad. Es un riesgo muy alto, pero lo tenemos que tomar como productores.

“Si seguimos haciendo lo mismo, tendremos los mismos resultados. Hay que hacer cosas diferentes para obtener resultados distintos”, señaló Gou.

El productor detalló que requiere, como muchas producciones, del 70 por ciento de la sala ocupada “para recuperar la inversión y salir tablas. Al tener agotado, la ganancia está dada”.

Federico González Compeán, director de CIE Internacional y del Gran Premio de México, así como productor de obras musicales como Wicked, El rey león o Les Misérables, por mencionar algunos, dijo que hay ocasiones en las que no necesariamente se requieren figuras conocidas para tener una temporada exitosa.

Tal es el caso de Mentiras, el musical, con diez años en temporada, en la que el atractivo son las canciones en español y las referencias televisivas y de la Ciudad de México de 1980.

Incluso, el coproductor de Hello, Dolly! y quien ya planea el siguiente musical de gran formato para el Teatro Telcel, Chicago –que en México tuvo su anterior temporada de 2001 a 2002, con alrededor de 250 mil espectadores durante 329 funciones– expuso que más allá del panorama, el ánimo de los productores es positivo.

“Estamos trabajando con las autoridades para seguir haciendo teatro musical.  Nos hemos sentado en mesas y vamos por buen camino, porque se genera turismo, entretenimiento y cultura en general”, dijo.

González Compeán comentó que algunos musicales sí son redituables económicamente, aunque hay algunos que no. El resultado puede ser incierto, el público tiene la última palabra.

“En algunos se gana y en otros se pierde. Hay que ir balanceando, obras con mucho tiempo en cartelera ayudan a hacer las que vienen y luego de ésas, hay unas que no funcionan, porque no duran el tiempo que quisieras en cartelera, no encuentran un público. Unas ayudan a las otras”, declaró González Compeán.

El parámetro para montar teatro musical en México radica en el éxito que tales historias han tenido en otros escenarios del mundo.

“Entramos siempre con la idea de que serán un éxito, sino para qué hacerlas. Apostamos en la selección de los actores, en el esfuerzo que ponemos en la publicidad. Luego todo depende del público.

“También es importante apostar por espectáculos nacionales, como Si nos dejan o Mentiras, que se pueden mantener más fácilmente por su costo. Y balancear con títulos conocidos en el mundo, que el público está esperando porque se montaron en Nueva York o Londres. Sin embargo, no hay una bolita de cristal que nos diga qué va a funcionar”, reiteró.

Tina Galindo, productora de Hello, Dolly!, protagonizada por Daniela Romo y Jesús Ochoa, expresó su confianza para que la gente acuda a los teatros, pues un musical exitoso ayuda a las demás obras a tener público.

“Hay una crisis latente. Nosotros cerramos la temporada de Hello, Dolly! con 200 funciones, que cuesta por las condiciones de incertidumbre para el público, que no sabe si lo despiden o no de sus trabajos. Pero tengo fe en que todo va a salir bien, porque al público le gusta mucho ir al teatro y nosotros lo hacemos para ellos”, precisó Galindo.

Tina, con más de 20 años produciendo teatro, destacó que efectivamente a los espectadores les gusta ver a “sus estrellas” en vivo, sobre el escenario, aunque esa no es una regla.

Para Galindo, Hello, Dolly! fue hecho con los parámetros de calidad acostumbrados en sus producciones.

“El público salía feliz, cantando. Para nosotros esa es la mayor recompensa. El Teatro de los Insurgentes tiene su público cautivo, que sabe que verá algo que lo va a dejar complacido.

“El teatro es como todo negocio. Te va mal en una obra, te va regular en otra y muy bien en otra, así es el teatro, por eso es apasionante y nos gusta. Al empezar un proyecto vamos con la convicción de que nos irá muy bien porque es la obra que elegimos y hacemos las cosas como se debe. No me quejo, soy feliz haciendo el teatro que hago. Espero que con Sugar (su siguiente producción) nos vaya muy bien”, señaló.

Galindo expresó que es necesaria la coproducción con otros productores y la unión con otros empresarios.

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