Cristopher Rogel Blanquet capta el veneno de las flores

El fotógrafo mexicano ganó el World Press Photo 2023 en la categoría de Proyectos a Largo Plazo, de la región Norteamérica y Centroamérica con la serie Beautiful Poison

thumb
Rogel Blanquet documenta a los floricultores para crear conciencia sobre el impacto de los agroquímicos. Foto: Cortesía World Press Photo

El fotoperiodista mexicano Cristopher Rogel Blanquet (CDMX, 1984) ganó el World Press Photo 2023 en la categoría de Proyectos a Largo Plazo, de la región Norteamérica y Centroamérica, con la serie Beautiful Poison (Hermoso veneno), que documenta las consecuencias de emplear pesticidas entre las familias que cultivan flores en el poblado de Villa Guerrero, Estado de México.

En entrevista con Excélsior, Rogel Blanquet habla de su proyecto y de su trabajo enfocado a explorar la migración, los conflictos armados, los problemas de salud y los derechos humanos. También cuenta que es un lector todo terreno (ahora lee La teoría del todo, de S. Hawking) y que practica box desde los 17 años.

Con este proyecto estoy documentando problemas de salud, como malformaciones congénitas, hidrocefalia, encefalomalacia e infertilidad, en la región de Villa Guerrero (ubicado a 75 Km de la Ciudad de México), por el uso de agroquímicos y pesticidas en el cultivo de la flor. Ésa sería la tesis o la frase que presenta el trabajo. A partir de eso, llevo tres años conviviendo con distintas familias en su cotidianidad”, explica el artista de la lente que también ha fotografiado el éxodo en Siria y la guerra en Ucrania, en 2019.

Me interesaba mostrar ese lado cotidiano un poco más íntimo para no caer en las imágenes más mórbidas, sino en un sentido que al final son gente que trabaja. Ellos se dedican a cultivar flores porque ésa es la dinámica de la región, pero son personas que no lo hacen con malicia; no es que contaminen la región con una mala intención, sino porque, como diría Cristina Pacheco, ahí les tocó vivir. Y ellos entienden que es casi parte de un costo que pagan para subsistir a partir de la flor, es decir, la flor les da y la flor les quita”, apunta.

Sin embargo, en este caso lo que falta es salud pública, asevera Rogel Blanquet. “No quiero que se malentienda mi mensaje y que tal vez pareciera que yo estoy en contra de la industria que da de comer a miles de familias trabajadoras; el problema de fondo, más bien, es de las instituciones de salud, porque faltan terapias para las personas que viven allí, para quienes padecen hidrocefalia u otro tipo de problemas. También están las entidades a las que les corresponde regular el uso de los agroquímicos, porque creo que debería haber acciones preventivas, porque con cada generación vendrá un detrimento biológico mayor”.

¿Cómo defines a Villa Guerrero? “Es un lugar muy bonito en el que predomina el olor a fumigante. Es similar al remanente que deja el Raid para cucarachas. A eso huele la región, pero no sólo en los invernaderos, sino en las calles, las casas, en la tienda y la ropa de los habitantes, en particular los días en que se fumiga, que es dos veces por semana.

thumb

Ahora imagina ese contraste entre lo visual y lo olfativo. Por un lado, está lleno de colores, con cielos intensos, atardeceres morados y gerberas que van del amarillo al color vino, las rosas… y por el otro lado tienes ese olor que cuando lo percibes por primera vez no pasa inadvertido. Ahora imagina estar expuesto a esos aerosoles durante más de 15 o 20 años”, expresa.

¿Qué busca en la fotografía? “En términos románticos, es lo que le da sentido a mi vida. No sé hacer otra cosa. En términos periodísticos es una responsabilidad, porque a partir de que trabajamos con las historias de otras personas, debemos tener el compromiso de tratarlas con dignidad. Ya lo decía (Ryszard) Kapuściński, este oficio no es para los cínicos y si tú traicionas la confianza que te dan las fuentes, mejor dedícate a otra cosa. Yo trato de serle fiel a eso”.

TE RECOMENDAMOS: Inauguran 'Rincones infinitos' exposición fotográfica de Jimena Cárdenas

Finalmente, confiesa que cada fotografía que vende plasma dos dientes. “Cuando vendo obra pongo dos dientes, porque cuando yo era niño mi hermano, quien ya murió, me dibujaba dos dientes para molestarme. En una pared de la casa tengo ese dibujó, como una ruina, y ahora cada vez que vendo, firmo con esos dos dientes”, concluye.

Sobre el proyecto de Cristopher Rogel, el WWP ha detallado que con éste “el fotógrafo buscó documentar a las familias floricultoras de Villa Guerrero, con el fin de crear conciencia sobre el impacto ambiental y humano de los agroquímicos en el cinturón de flores mexicano y retratar la negligencia de las autoridades en el cuidado de la salud en la región, así como llamar la atención a los consumidores sobre la responsabilidad al comprar flores”.

cva