Semana agridulce

Lo que parecía una semana de fiesta de principio a fin, ha resultado una muy compleja por el inesperado impacto del huracán Otis en Acapulco y gran parte de los alrededores que están muy golpeados, llenos de desesperanza, tristeza y necesidad. Celebro que la sociedad ...

Lo que parecía una semana de fiesta de principio a fin, ha resultado una muy compleja por el inesperado impacto del huracán Otis en Acapulco y gran parte de los alrededores que están muy golpeados, llenos de desesperanza, tristeza y necesidad.

Celebro que la sociedad civil no ha dejado, a pesar de todos los pesares, fake news, otras no tanto, de apoyar y llevar víveres para los muy necesitados habitantes del bello puerto de Acapulco. Como mexicanos no podemos sumarnos a tanta politización y debemos apoyar a través de instituciones de probada calidad moral, como lo es la Cruz Roja, para cerciorarnos que llegarán a su destino, hay que sumarnos al apoyo, pues las necesidades son muchas.

Retomando la gran semana, no podemos dejar de festejar a la mejor afición a la Fórmula 1 del mundo, son de llamar la atención los tremendos llenos durante la serie de tres días en el Autódromo Hermanos Rodríguez, rompiendo récord de asistencia con 400 mil 639 aficionados deseosos de ver el show, todo un hito para nuestro Gran Premio, una locura. No sólo es una tremenda afición por la cantidad, sino que es muy importante destacarlo, por el ánimo que en todo momento se percibe, los aficionados gozan de principio a fin, y ya ni hablar de la pasión que demuestran por el tapatío Sergio Checo Pérez que, aunque tuvo una breve aparición de 17 segundos en la pista por un triste accidente, no aplacó el ánimo de los aficionados. El rugido de los asistentes fue siempre mayor que el de los autos cuando pasaban frente a ellos.

El impresionante evento de este fin de semana significó una inmensa derrama económica para la Ciudad de México, ingresos extraordinarios para todos los servicios turísticos, pues todos los hoteles se llenaron, igual los restaurantes y demás sitios que recibieron a miles de personas de todo el país y del extranjero. Todavía recuerdo cuando la otrora jefa de Gobierno de la capital decía que no era seguro el futuro del evento de Fórmula 1, pues era un evento para ricos, una gigantesca pifia, pues muchos de los recursos que han captado en los impuestos locales tienen que ver con el gran evento automovilístico. Insisto, era un inmenso error intentar cancelarlo, pues además del rechazo de los aficionados, la captación de impuestos se reduciría. Se estima que la derrama económica fue cercana a los 16 mil millones de pesos.

La carrera de Checo Pérez no correspondió con la inmensa expectación que levantó, muy rápido se fue dejando a los aficionados con el corazón destrozado, pero siempre vendrán tiempos mejores en la pista.

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