Legado

Los hermanos Alejandro y Leopoldo Noriega decidieron adoptar los colores de los irlandeses peleadores para el equipo representativo de la UNAM, situación que, hasta nuestros días, le ha dado identidad a los Pumas.

Escribo la presente colaboración mientras se desarrolla el extraordinario partido semifinal del futbol americano colegial de la NCAA entre las universidades de Notre Dame y Penn State, dos equipazos dotados de tremendas defensivas que escenifican, tal como se esperaba, un partido de pocos puntos, francamente muy atractivo.

La historia del legado de la universidad de Notre Dame en nuestro país es inmenso, pues por allá de los años 20 del siglo pasado, 1925 para ser precisos, los hermanos Alejandro y Leopoldo Noriega decidieron adoptar los colores de los irlandeses peleadores para el equipo representativo de la UNAM, situación que, hasta nuestros días, le ha dado identidad a los Pumas, así como a toda la máxima institución de enseñanza en nuestro país.

Se adoptó también por los universitarios, además de los colores azul y oro, la marcha de los irlandeses peleadores para, con una letra en español, hacerla uno de los himnos de batalla también de los Pumas, cosas de la historia.

Por otra parte, las espantosas escenas que hemos presenciado de los terribles incendios en la zona de Los Ángeles, California, han obligado a la NFL a mover la sede del partido del lunes por la noche entre los visitantes Vikingos de Minnesota y los locales Rams de Los Ángeles, al estadio de los Cardenales, en Arizona. De inmediato han surgido muchas protestas de los aficionados del equipo angelino, pues de esa ciudad a Las Vegas, Nevada, la distancia es de 430 kilómetros, mientras que a Phoenix es de seiscientos kilómetros, es decir, casi dos horas más de trayectoria.

Por otra parte, la capacidad del estadio alterno, en este caso el de los Cardenales, el Phoenix University Stadium, es de 63 mil 400 aficionados, mientras que el Allegiant de Las Vegas tiene cupo para dos mil aficionados más.

Por otra parte, la capacidad de la infraestructura turística de la ciudad del juego es mucho mayor en cuanto a cuartos de hotel, y ya ni hablar del aeropuerto y demás situaciones necesarias para poder desarrollar un juego de esa importancia con tanta premura.

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Esperemos que pronto las condiciones permitan mejorar las cosas en la segunda ciudad con más mexicanos en el mundo, que es Los Ángeles, California, y sus alrededores, pues las pérdidas de vidas, así como materiales, han sido devastadoras.

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