Demencial

El deporte juega un papel fundamental en la generación de valores, como la disciplina, la constancia, el trabajo en equipo, el respeto a los entrenadores y los árbitros, es un importante símil de la vida.Todo era festejo, alegría, sentimiento de triunfo, ...

  • El deporte juega un papel fundamental en la generación de valores, como la disciplina, la constancia, el trabajo en equipo, el respeto a los entrenadores y los árbitros, es un importante símil de la vida.

Todo era festejo, alegría, sentimiento de triunfo, sencillamente un miércoles maravilloso para la afición de los Kansas City Chiefs que, en una cifra multitudinaria, vitoreaban a sus héroes deportivos, un día para el recuerdo, sobre todo de los miles de niños que, de la mano de sus padres, acudieron al festejo a ver pasar a sus ídolos en un desfile inolvidable.

Lamentablemente, en un acto de lesa humanidad, uno más a la inmensa lista del vecino país del norte, una mujer de ascendencia mexicana fue asesinada y decenas de personas, entre ellas niños, resultaron heridos, algo por demás incomprensible, absolutamente inadmisible, sencillamente demencial. Esas personas no pueden estar en sus cabales para cometer tales actos de barbarie animal. Lo lamento, estamos muy mal los seres humanos, es evidente que es un periodo de carencia total de valores, algo tan importante en el balance de la vida humana.

Resulta increíble que en los Estados Unidos de Norteamérica cualquier persona puede adquirir un arma, desde una pistola de calibre menor hasta rifles de asalto militares, ametralladoras y demás armas letales, un sinsentido total, pero como es un negocio enorme, habitualmente financiador de campañas políticas, parecieran intocables y se venden armas como si se tratara de algo inofensivo, una verdadera tragedia.

Es ahí donde el deporte juega un papel fundamental, en la generación de valores, como la disciplina, la constancia, el trabajo en equipo, el respeto a los entrenadores y los árbitros, es un importante símil de la vida.

El contraste total, los jugadores celebrando, algunos se bajaron unos momentos de los autobuses que los transportaban para convivir muy de cerca con los fervientes que les mostraban su cariño y algarabía por el campeonato, todo era felicidad, mientras que un grupo de descerebrados, resentidos o vaya usted a saber la razón que los lleva a cometer un acto de tal barbaridad, se preparaban para hacer daño a personas inocentes que no imaginaban su muy desafortunado desenlace. Insisto, una verdadera tragedia que nos debe, en un acto de humanidad, una oración por los agredidos y sus familias en un acto de conmiseración. Esos actos deben mover nuestras conciencias para plantear el rumbo de la humanidad.

Y sí, que viva el amor entre los seres humanos, que vivan los festejos de los triunfos deportivos y los grandes ídolos del deporte que se manifiestan a favor de los valores imprescindibles en nuestros días.

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