Debate de altura
• El debate de altura y con fundamentos es casi inexistente. “Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”: Voltaire. Sencillamente, los seres humanos, los únicos de la creación con la capacidad de pensamiento y ...
• El debate de altura y con fundamentos es casi inexistente.
“Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”: Voltaire. Sencillamente, los seres humanos, los únicos de la creación con la capacidad de pensamiento y raciocinio, solemos, en este tiempo, llevar al terreno de la confrontación, de la violencia, las diferencias en la manera de juzgar, dejando de lado el respeto a los demás y sus diferentes formas de pensamiento.
Comento lo anterior, pues hoy parece lo más sencillo agredir física o verbalmente a quien piense distinto a nosotros, dejando de lado una de las virtudes del ser humano que es la conciliación y capacidad de encontrar puntos de encuentro, a pesar de estar totalmente opuestos.
Hoy pareciera que esas virtudes humanas parecen estar en desuso y lo más sencillo es la denostación, el descrédito y, peor aún, las agresiones y violencia.
Basta ver los programas de debate deportivos, que son un horror, pues las ideas son escasas, el orden para hablar casi nulo y el sensacionalismo destaca por encima de todos los conceptos en la búsqueda de popularidad o likes. El debate de altura y con fundamentos es casi inexistente.
Ya ni hablar de temas de política que en nuestros días están más confrontados que nunca y, en muchas de las ocasiones, promovidos por los propios personajes del muy desgastado oficio de servir a los demás, pues en la actualidad, más que nunca, es servirse a costa de los demás.
Señalo lo anterior en un deseo de que el periodismo vuelva a ser una prestigiosa y muy loable profesión, ahora el comentario sin el debido rigor es la constante, poco a poco espero que los inmensos periodistas, gente culta y preparada, ocupen el lugar que merecen, pues los sensacionalistas, graciosos y payasos parecen estar de moda. Lamentablemente, con un apetito importante de los medios que creen que la popularidad y el éxito se mide en ese afán de las audiencias inmensas de la mano del escándalo.
Quizá uno de los comentaristas más polémicos que han existido en el periodismo deportivo mexicano haya sido don Fernando Marcos, un hombre que siempre iba de la mano del debate, de la discusión, del apasionado intercambio de ideas y convicciones, pero con una importantísima cualidad, su inmensa cultura y conocimiento de innumerables temas, sobre todo de la historia, el arte y demás temas internacionales de actualidad, lo que le brindaba una autoridad moral para emitir severos juicios, sin duda, un admirable hombre de los medios, por cierto, a años luz de los bufones de nuestros días, tan incultos y llenos de resentimientos.
