¿Y si regresáramos al futuro?

Muchas cosas podrían cambiar. Historias de amargura habrían de evitarse sin olvidarnos que los golpes nos fortalecen, pero la seguidilla de estos sin capacidad de respuesta define mucho de lo que somos y lo que aspiramos, pero en términos generales podríamos cambiar el ...

Muchas cosas podrían cambiar. Historias de amargura habrían de evitarse sin olvidarnos que los golpes nos fortalecen, pero la seguidilla de estos sin capacidad de respuesta define mucho de lo que somos y lo que aspiramos, pero en términos generales podríamos cambiar el destino.

Cruz Azul, por ejemplo, el primero en la fila, el ultra aspirante para volver y remendar tantísimas tragedias y calamidades que le han sucedido, una de ellas, escapar de los dominios de Carlos Hurtado, quien sin ser en lo absoluto el único causante de los males, tampoco ha contribuido en el enriquecimiento de la historia reciente. Ésa, sin duda, sería la más grande modificación. Después vendrían varios parches: la pelota al palo en la final contra América, el gol con aquellito de Glaría ante Pachuca, el travesaño en la serie de penales ante Toluca, etc, etc, etc. No le seguimos porque hay equipos que también se forman.

Atlas, por ejemplo. Tantos años añorando un título con toda clase de sufrimientos: cambios de dueños, inestabilidad económica, pérdida de identidad en cuanto a la cantera más productiva del país, como sucedió hace no mucho.

Seguramente cristalizarían la etapa de Ricardo La Volpe, la cual se hubiera consagrado con un título y, por ende, una de las más bellas en nuestro futbol.

Los inolvidables Colibríes. Cómo borrar de nuestra mente el bonito pasto de aquel escenario, y no hablo del campo de futbol, sino de donde pastaban las vacas después del riachuelo que se observaba a unos metros de la línea de banda. Una de esas cosas que la Federación Mexicana nos regaló al permitir que el futbol de la Primera División llegara a ese escenario.

Y hablando de la FMF, seguramente la tan citada secretaria por la que De la Torre seguramente habría pedido recompensa por mal uso de su nombre; o bien aquella firma falsa en el caso de Donizete y Enrique Borja seguramente desaparecería.

Otro capítulo sería, sin duda, el Preolímpico de Carson. Aquella noche donde Hugo Sánchez trataba de inspirar a sus jugadores con sus videos y estos hicieron todo lo contrario como lo hacía el Macho. Fallaron por todos lados: Fernández, Villaluz, Esqueda, Landín y compañía.

Los códigos internos de la Confederaciones; obvio los cachirules y cientos de historias que podríamos cambiar si se nos diera la oportunidad, al menos si hiciste las cosas mal; si las haces correctamente y no salen como esperas es otra historia, pero volver al futuro sería verdaderamente grandioso. ¿A poco no?

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