A Rusia y Brasil en un mismo día. ¡Bravo!

A Brasil y Rusia, el mismo día. Resultaría imposible de lograrlo; sin embargo, sí que hubo manera de llegar a ambos destinos. Lo demostraron las Selecciones Nacionales, tanto la ya olímpica como la mayor. Un vuelo mucho más placentero el de los jóvenes, sin ...

A Brasil y Rusia, el mismo día. Resultaría imposible de lograrlo; sin embargo, sí que hubo manera de llegar a ambos destinos. Lo demostraron las Selecciones Nacionales, tanto la ya olímpica como la mayor.

Un vuelo mucho más placentero el de los jóvenes, sin turbulencia alguna que pusiera en riesgo llegar al destino con bien. Y habían razones para creer que así sería con el capitán Raúl Gutiérrez, quien en otras ocasiones ha demostrado que tiene conocimientos y capacidades extraordinarias para esta clase de misiones. La vara es alta, claro, una medalla de oro, pero estaríamos locos si pensáramos que ése es el único sistema de medición utilizable, ya que todo por debajo de eso sería visto por encima del hombro, y eso es poco más que un disparate. Además, habremos de recordar que esto es de momentos, y más aun en categorías inferiores, donde influye de sobremanera la actividad que tienen en sus respectivos equipos, que no siempre es la deseada. Pero eso será el año que entra, hay mucho tiempo para trabajar y, por el momento, vale la pena que celebren dicho logro.

En el otro, el avión sí que se meneó.

México logró calificar a la Copa Confederaciones derrotando a la versión más débil en muchos años de Estados Unidos. Un equipo flojo, de pocos conceptos y altamente dependiente de gente como Michael Bradley y Clint Dempsey, sin que este último jugara su mejor partido.

Hace tiempo establecía en esta columna que la gran fortaleza del Tri era su propio rival, enumerando los muchos defectos que había exhibido en partidos recientes. Pero habrá que sumarle que México jugó bien, que fue mucho mejor y que mereció la victoria, incluso no resulta injusto decir que no merecía ir a los tiempos extra para conseguir sellar su pasaporte a Rusia.

Sábado digno de memoria, de buenos recuerdos, de esos que nos gusta coleccionar y que, desafortunadamente, no tenemos tantos como quisiéramos.

Dos victorias, cada una con diferente destino y, mientras tanto, Juan Carlos Osorio, el nuevo entrenador del Tri, ansioso de estrenar el regalo que le han hecho los directivos mexicanos.

Y ya de pasadita y sólo porque no resta espacio, la brillante actuación de Checo Pérez y su segundo podio de la temporada. Parecía en ruso, pero no lo fue tanto.

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