Privilegiados

Ellos, por tanta clase y tan finas atenciones que tienen con el objeto redondo que más pasiones levanta en el mundo entero. También lo deben ser por haber nacido en este tiempo, donde la comunicación de un rincón del mundo al otro es inmediato y sencillo. Porque todos ...

Ellos, por tanta clase y tan finas atenciones que tienen con el objeto redondo que más pasiones levanta en el mundo entero.

También lo deben ser por haber nacido en este tiempo, donde la comunicación de un rincón del mundo al otro es inmediato y sencillo.

Porque todos tienen la posibilidad de verlos, de admirarlos de corear su nombre, incluso, de robarlo para ponérselo a sus hijos.

Privilegiados, porque hoy su talento se paga, y se paga mejor que nunca.

Porque eso les lleva a generar muchísimo dinero en muchas y variadas formas y porque, sin demeritar un solo centímetro lo que son capaces de hacer, hoy ser ídolo es, por decirlo de alguna manera, más simple, sin que sea fácil en lo absoluto.

Y privilegiados nosotros, porque sin importar el lugar del planeta en el que logran ganar una y mil batallas los podemos ver en directo. En vivo.

Porque nuestro aplauso es simultáneo a aquel que se produce a tan sólo unos metros de ellos, grandes protagonistas de increíbles jugadas que, literalmente, le dan la vuelta al mundo.

Cristiano y Messi, Messi y Cristiano, reyes que comparten su trono, esa es la realidad más allá de pasiones y colores, de preferencias y deseos.

Hoy, por ejemplo, es tiempo del poderoso delantero merengue. Más grande que nunca, aplastando cada una de las marcas que tiene por delante, si es que aún le quedan algunas, porque tiempo, indudablemente, le va a sobrar. 

Difícil haber imaginado hace algunos años que Raúl, el inmenso Raúl, tendría que ceder su gloria de forma temprana. Lo que mucho tardó en construir, no es que se haya derrumbado ni mucho menos, ya que su historia se escribe en páginas especiales del Real Madrid, pero sí que tardó poco en ser reemplazado.

Y créame, no se trata de comparar calidades, goles, logros, copas ni características; sólo de darle el lugar que cada uno merece, y el sitio de privilegio hoy es, indudablemente, del portugués que, contrario a Raúl, se ha quedado corto en términos de logros colectivos, es decir, esta versión del Real no es dominante como sí lo fue el de las épocas de Raúl.

Dos leyendas en plena etapa de crecimiento y madurez que siguen agigantando su imagen, dos privilegiados, tal y como lo somos nosotros por gozarlos y admirarlos.

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