Juan Carlos Veraza

Juan Carlos Veraza
El deporte por nota

Que sea una final memorable

23 de Abril de 2019

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La pasión que desata el Clásico Regio, en Monterrey, no tiene igual en México, aunque es cierto que este partido entre los rivales del norte no tiene el alcance nacional de otros juegos de la Liga MX. No existe una enorme afición por ninguno de los dos fuera de Nuevo León, pero esto no significa que la importancia del mismo se vea limitada al estado norteño.

Aunque el Clásico Nacional sigue siendo la gran rivalidad por excelencia en el país e, incluso, otros partidos puedan tener mayor repercusión nacional por la cantidad de aficionados que los equipos participantes puedan tener, el Tigres ante Rayados se ha transformado en uno de esos duelos que se marcan en el calendario de casi cualquiera que se jacta de ser un aficionado de cepa al futbol mexicano.

El que ambas instituciones se hayan convertido en potencias de la primera división, que cuenten con planteles de lujo, y dos aficiones tan apasionadas, ha hecho de este choque citadino, uno de los más esperados del calendario y, más, si como en este caso está en disputa un título.

Escribí que era un partido sin igual y lo que sostiene mi idea es el hecho de que como ningún otro encuentro en México, éste divide a una ciudad entera. Es muy extraño que alguien nacido en Monterrey no sea aficionado de alguno de los dos equipos; esto propicia un ambiente único.

Claro que en la Ciudad de México o en Guadalajara los clásicos despiertan enorme pasión, pero en ninguna de las otras dos urbes más importantes del país se da el fenómeno de Monterrey. En la capital hay muchas aficiones que comparten el territorio: América, Chivas, Cruz Azul y Pumas presumen de un número importante de seguidores, y eso que no mencioné a otras que también conviven en esa área metropolitana. En Guadalajara ocurre algo similar, agregando por supuesto la enorme fanaticada que sigue al Atlas. Motivo por el cual, la ciudad no se parte en dos cuando llega la semana del partido. Por ello, hoy que arranca la final de la Copa de Campeones de Concacaf, en Monterrey se volverá a vivir un día muy especial. Además, que ambas instituciones son dos de las mejores de México, le da un toque extra, ya que hasta quienes no son fanáticos de los cuadros regios, estarán pendientes del compromiso de hoy, al igual que el de la próxima semana.

Tanto Ricardo Ferretti como Diego Alonso, cuentan con planteles ricos en talentos, razón por la cual (si el miedo no gana), se puede pensar en un choque de buen futbol, de lo mejor que se puede presentar a nivel continental. Si agregamos a las únicas aficiones que siempre llenan sus estadios, que ponen un gran ambiente, que son un espectáculo aparte de lo que ocurre en la cancha, nos esperan dos noches tremendas en Monterrey. Ojalá que lo que veamos en el terreno de juego, esté a la altura de las expectativas. Si eso ocurre, tendremos una final memorable.

 

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