Señorito Garvey

Steve Garvey pidió a su mamá un guante de beisbol como regalo. La economía familiar no era la mejor en esos tiempos y los 25 dólares para cumplir el deseo del único hijo eran un fuerte golpe para el bolsillo. El niño, que soñaba con ser beisbolista, le dijo que lo ...

Steve Garvey pidió a su mamá un guante de beisbol como regalo. La economía familiar no era la mejor en esos tiempos y los 25 dólares para cumplir el deseo del único hijo eran un fuerte golpe para el bolsillo. El niño, que soñaba con ser beisbolista, le dijo que lo viera como una inversión: ese dinero, en unos años, podrían convertirse en 250 mil dólares.

Garvey, aficionado de los Dodgers de Brooklyn, tuvo su primer contacto con este equipo al momento que su padre, operador de un autobús, recibió la responsabilidad de trasladar a los jugadores durante la pretemporada en Vero Beach, Florida y pidió autorización para que su hijo fuera el bat boy.

El pequeño perfeccionó un orden casi militar desde entonces. Como recogebats acomodaba cada uno de los maderos con la marca hacia arriba y los ordenaba según el lugar en el que los jugadores aparecían en el line up.

Ya como atleta universitario, los Dodgers lo seleccionaron en 1968 y, un año después, debutó en la Gran Carpa. Su ofensiva no generaba dudas, pero su defensiva, como tercera base, era terrible.

En un juego en el que Dodgers tenía varias bajas, el entonces primera base Bill Buckner fue movido al jardín izquierdo y le pidió al manager, Walter Alston, que colocara a Garvey en la inicial y todo cambió en esa posición, en la que ganó cuatro Guantes de Oro.

Se convirtió en uno de los consentidos de los aficionados. Durante las firmas de autógrafos verificaba que nadie se quedará sin el valioso recuerdo. Además, tenía buena relación con los medios.

Su apariencia impecable y ejemplar no era muy bien vista por sus compañeros. No fumaba ni tomaba, ni mucho menos mascaba tabaco. Tommy Lasorda decía que sería su yerno ideal.

Aunque Dodgers vivió grandes momentos en los 70, como asiduo protagonista de las Series Mundiales, la relación no mejoraba.

Durante la temporada de 1978, Garvey se fue a los golpes con el lanzador Don Sutton, debido a unas declaraciones del pitcher en una entrevista.

Fiel testigo de la Fernandomanía, el primera base fue bautizado en México como el Señorito Garvey por el cronista Jorge El Sony Alarcón, debido a la elegancia y prestancia en los diamantes.

El primera base tiene el récord de la Liga Nacional de más juegos consecutivos con mil 207. Pegó dos mil 599 hits, fue el Más Valioso en 1974 y convocado a 10 Juegos de Estrellas. Con los Dogders ganó la Serie Mundial de 1981, pero a pesar de sus logros no está en el Salón de la Fama de Cooperstown.

Steve Garvey es, ahora, a los 75 años, candidato a senador de California. El próximo martes se realiza la primera votación y los expertos no ven triunfador al republicano. En términos beisboleros: es probable que gane la División (primarias), pero pierda en la postemporada (segunda vuelta programada en noviembre).

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