La aspiradora humana
Pete Rose, miembro de la Máquina Roja de Cincinnati, lo aceptó: “Pagaría por verlo jugar”, al referirse a la fabulosa demostración del antesalista Brooks Robinson, quien, con su guante y bat, llevó al título a los Orioles de Baltimore en la Serie Mundial de ...
Pete Rose, miembro de la Máquina Roja de Cincinnati, lo aceptó: “Pagaría por verlo jugar”, al referirse a la fabulosa demostración del antesalista Brooks Robinson, quien, con su guante y bat, llevó al título a los Orioles de Baltimore en la Serie Mundial de 1970.
Robinson derrochó su clase en aquel Clásico de Otoño al realizar estupendos lances en la esquina caliente que el jugador de los Rojos, Lee May, lo bautizó como La Aspiradora Humana o para hacerlo más comercial: Hoover, la Aspiradora.
Robinson, también bateó .429 con nueve hits, incluidos dos dobles y dos impulsadas en el tercer juego de ese Clásico de Otoño ante los Rojos.
El compañero de Brooks, el legendario Frank Robinson, aceptaba que se deleitaba desde los jardines al momento de un lance del tercera base y el catcher de los Rojos, Johnny Bench, se aguantaba el deseo de aplaudir una jugada en la que se convertía en víctima del tercera base.
Brooks Robinson ganó 16 Guantes de Oro de manera consecutiva en la Liga Americana, una hazaña que luce inigualable y que justo terminó cuando el mexicano Aurelio Rodríguez recibió ese reconocimiento en la temporada de 1976 con los Tigres de Detroit.
Pero Brooks Robinson también logró brillar más allá de los diamantes por su gran corazón. Siempre atendía a los aficionados para un autógrafo y, además, se daba el tiempo para preguntarles por su familia e incluso darles algún consejo.
Brooks Robinson jugó sólo para los Orioles de Baltimore durante sus 21 años en las Grandes Ligas. Estuvo en cuatro Series Mundiales y en dos de ellas colaboró con el título. Es el jugador más importante en la historia del equipo.
El nombre de Brooks se puso de moda en Baltimore, con todos los padres que decidieron bautizar así a sus hijos, era la forma de reconocer a su máximo ídolo.
“En Nueva York nombran Reggie Jackson a las barras de chocolate, en Baltimore nombran a sus hijos Brooks Robinson”, expresó el periodista deportivo Gordon Beard.
El eterno jugador de los Orioles se retiró a los 40 años en 1977 y su porcentaje de fildeo de por vida terminó en un espectacular .971.
Robinson nunca dejó de trabajar para los Orioles en diferentes funciones hasta el día de su muerte el pasado 26 de septiembre, a los 86 años, pero su inmortalidad quedó sellada en el Salón de la Fama desde 1983.
Sus lances en la antesala quedarán atrapados en la memoria de los aficionados y el actual equipo de Orioles tienen a su inspiración para pelear por otro título este 2023 en el que consiguieron ya el mejor récord de la Liga Americana.
