No es una decisión cualquiera
Ahora sí que le preguntamos a varios amigos sobre un tema como para decidirse con argumentos. Tomando en cuenta el historial de Ken Griffey padre y su tremendo junior conocido como “The Kid”, ¿qué prefieres ganar Series Mundiales o llegar al Salón de la Fama sin ese ...
Ahora sí que le preguntamos a varios amigos sobre un tema como para decidirse con argumentos.
Tomando en cuenta el historial de Ken Griffey padre y su tremendo junior conocido como “The Kid”, ¿qué prefieres ganar Series Mundiales o llegar al Salón de la Fama sin ese campeonato?
Debemos tomar en cuenta nombres de tremendo calibre como Ted Williams, Barry Bonds, Tony Gwynn, Ty Cobb, and Ernie Banks, Ichiro Suzuki, Harmon Killebrew, Carl Yastrzemski, con Mike Trout como ejemplo más reciente, hicieron una historia rica en argumentos numéricos como para llegar a un nicho de la “inmortalidad” en Cooperstown, pero nunca se llevaron ese ansiado banderín de la máxima instancia en MLB.
Por supuesto, varios de esos amigos se hicieron como gelatina de jícama (para todos lados) para encontrar el por qué el padre o el hijo, otros soltaron la respuesta rápida quizá sin pensar si una opción realmente era mejor que la otra. Y, efectivamente, un gran razonamiento es el que va en el sentido de un triunfador del clásico de otoño donde eres parte de un funcionamiento como equipo, claro, puedes ser el hombre clutch o el pelotero de la estampa inolvidable si hiciste esa atrapada de alarido o concretaste el doble play salvador, el cual, a la vez, se veía imposible.
Pongamos eso sobre la mesa, ok, aunque si ganas más de una Serie Mundial no sólo el “agarrarle el modo” a la tremenda presión, la cual sufren los peloteros en ese espacio donde se distinguen los medianitos de los sluggers, por ejemplo.
A favor del pelotero quien llega a ese “hof” como máxima instancia en digamos la hoja completa de servicio implica una regularidad elogiable, por cierto, The Kid no llegó a la cifra máxima de la tercia de miles de imparables, quedándose en 2,781 de los mismos repartidos en 22 temporadas donde —eso sí con talento de sobra— pegó 630 palazos vuelacercas. Ken Griffey, el Senior, detonó 2,143 incogibles en 19 calendarios ligamayoristas, con mucho menos estacazos (152), pero sí fue parte de los campeonatos de 1975 y 1976 con esos Rojos de Cincinnati que jugaban con arrojo, por nota.
Así veíamos a Ichiro recientemente bromeando con su inglés ya en toda forma durante su reciente ceremonia de entronización, pero siempre será una interrogante si cambiaría esa soleada tarde veraniega por coronarse con alguno de sus equipos, sobre todo cuando era una real regadera de hits.
El mencionado rey del cuadrangular Barry Bonds, junto a Roger Clemens, Curt Schilling, Alex Rodríguez por supuesto junto al infaltable Charlie Hustle Pete Rose, todos fueron campeones en la Serie Mundial, pero… bueno, ya sabemos cómo se las gastan los moralinos de la votación.
¿’Tons qué? ¿HOF o WS?
