¿Se puede recibir la vacuna de la influenza cuando te enfermas? Esto dice la ciencia
Vacunarse contra la influenza con un resfriado leve es seguro, pero se recomienda esperar si se presenta fiebre alta o malestar grave

El invierno marca el inicio de la influenza y la necesidad de vacunarse para prevenir complicaciones. Es común despertar con congestión y dudar sobre si acudir al consultorio o cancelar la cita para recuperarse primero.
Si se padece una enfermedad leve, la inmunización no causará problemas, aunque la respuesta de las defensas podría no ser tan potente. El sistema inmune trabaja mejor cuando no está distraído luchando contra otra infección fuerte.

¿Qué pasa si te vacunas contra la influenza cuando te enfermas?
Para entender cómo reacciona el organismo al vacunarse sintiéndose mal, aquí se presentan los detalles sobre recibir la dosis bajo estas condiciones, según explica la Cleveland Clinic:
- Enfermedad leve: Si se tiene un resfriado común o moqueo, es posible vacunarse sin riesgo. El cuerpo maneja la situación, aunque la generación de protección suele ser un poco menor que estando sano.
- Falsa creencia: No resulta peligroso vacunarse con síntomas menores. La idea de que la dosis "choca" con un resfriado es un mito; simplemente se busca la máxima eficacia para protegerse todo el invierno.

¿Cuándo es mejor esperar para recibir la vacuna?
Cuando los síntomas son intensos, el personal médico prefiere que se posponga la visita hasta que el paciente se encuentre estable. Es necesario escuchar al cuerpo y esperar unos días para no sobrecargar las defensas naturales.
Te dejamos las señales de alerta que indican que se debe permanecer en casa y reagendar la inmunización, priorizando la recuperación física:
- Fiebre alta: Si se presenta temperatura elevada o deshidratación, se debe esperar a que los síntomas desaparezcan. Esto permite que el organismo se recupere antes de procesar los componentes del biológico.
- Gravedad: Si el malestar es profundo o empeora, se debe consultar al médico antes de proceder. El sistema inmune ya ocupa sus recursos combatiendo una batalla interna y requiere descanso absoluto.

¿Quiénes deben tener más precaución al vacunarse?
Aunque la recomendación es casi universal para mayores de seis meses, existen grupos que deben tener precaución extrema. Algunas condiciones médicas reaccionan negativamente a los componentes del biológico.
Se debe informar siempre al médico sobre los antecedentes personales. Para identificar si un paciente entra en las excepciones, se presenta esta lista de contraindicaciones según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Secretaría de Salud (Ssa):
- Bebés pequeños: Los niños menores de 6 meses son demasiado jóvenes, por lo que deben esperar. Ellos dependen de la protección que brindan las personas vacunadas a su alrededor.
- Historial de GBS: Quienes desarrollaron el Síndrome de Guillain-Barré, (cuando el sistema inmunitario ataca por error los nervios periféricos) tras una dosis anterior deben consultar al especialista. Este diagnóstico requiere una evaluación profunda antes de intentar una nueva aplicación.
Las mujeres embarazadas deben vacunarse, ya que su sistema es más frágil y la inyección protege también al bebé. Es un escudo importante que resguarda la vida del pequeño durante sus primeros meses de nacido.

¿Qué efectos secundarios causa la vacuna de la influenza?
Es un mito que la vacuna provoca la gripe; el virus inyectado está muerto y no causa una infección real. Lo que se experimenta es la respuesta natural del cuerpo, creando defensas nuevas para protegerse.
Para evitar sorpresas, aquí se enlistan las reacciones comunes posteriores a la inyección, según los CDC. Es importante diferenciar una respuesta normal de una enfermedad respiratoria ajena:
- Reacciones normales: El dolor en el brazo, la fiebre leve o la fatiga de corta duración son buenos signos. Indican que la vacuna funciona y el sistema crea memoria contra el virus.
- Lo que NO causa: La dosis inyectada no provoca tos profunda ni escurrimiento nasal severo. Tampoco es posible contagiar a otros, pues el biológico no contiene agentes vivos capaces de replicarse.
Estos síntomas son temporales y mucho menos peligrosos que contraer la influenza real. El virus puede derivar en neumonía o agravar condiciones como la diabetes, convirtiéndose en una amenaza seria para la salud.
Posponer la vacuna un par de días por fiebre es correcto, pero dejarla pasar por temor es un riesgo innecesario. Se queda vulnerable frente a un virus impredecible que ataca con fuerza durante el invierno.

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