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¿Cómo aprovechar la consulta del NAICM?

Viridiana Ríos

Viridiana Ríos

Aun si es cierto que la consulta ciudadana es una movida política, me parece que hay mucho que aprovecharle.

Lo hay porque este debate puede servir para sentar las bases de una discusión profunda sobre cómo mejorar el NAICM que actualmente se está construyendo. 

Un ejemplo claro de esto son unos documentos que AMLO no presentó como parte de la discusión de la consulta, pero que son clave: las auditorías desarrolladas al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, entidad que está a cargo de construir el aeropuerto.

De acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, el Grupo Aeroportuario no ha podido aclarar el uso de 280 millones de pesos, tan sólo en 2016. Esto ha hecho que FuisteTú?, un colectivo de organizaciones de la sociedad civil que rastrean el uso de recursos públicos, ponga al aeropuerto como una de las 266 dependencias que más preocupan por su falta de comprobación en el uso del dinero público.

La consulta puede ser usada para esto, para sentar las bases de un NAICM que se construya sin irregularidades. La consulta puede también servir para exigir medidas más fuertes que permitan impedir el daño ambiental que se puede generar con el NAICM tal cual se está construyendo.

Más aún, el debate puede extenderse para que comencemos públicamente a evaluar las tres áreas donde más se presentan irregularidades: la deuda
pública estatal y municipal, las participaciones y la obra pública.

El 46% del dinero público que falta por recuperar o aclarar corresponde a la deuda pública y/o a participaciones federales. Si a ello se le suman las irregularidades provenientes de la obra pública de baja calidad o de sobreprecio, la cantidad de irregularidades sería enorme. De hecho, lográramos evitar este tipo de situaciones, se lograría aumentar el gasto público en al menos $43,591 millones de pesos.

La Auditoría Superior de la Federación (ASF) calcula que existen posibles daños a la hacienda pública por $13,410.8 millones de pesos, tan sólo en 2016, debido a que no se observan las disposiciones legales para la contratación de deuda pública estatal y municipal. Hay poca transparencia en la revelación de información contable, financiera y presupuestaria de la deuda, por ello se presta a que haya muchas probables fallas administrativas en el manejo de los recursos.

Para evitar este tipo de irregularidades es necesario modificar la definición y medición del indicador de Obligaciones a Corto Plazo para que no se incluyan recursos ni transferencias federales con un destino específico definido, recursos ya devengados o comprometidos como fuente de pago, y participaciones e incentivos que corresponden a municipios.

Una segunda gran fuente de irregularidades, de acuerdo con la ASF, es el ejercicio y la distribución de las participaciones federales. Tan sólo para 2016, la ASF calcula posibles daños a la hacienda pública de al menos $26,663.2 millones de pesos debido a que no se justificó el gasto de las participaciones federales, se cometieron irregularidades en los pagos de sueldos y nóminas, o incluso, llanamente fue imposible conocer el destino y/o aplicación de los recursos. También se calculan daños a la hacienda pública por $3,517 millones de pesos, en 2016, debido a que no se entregaron las participaciones correspondientes a los municipios.

Reducir el mal manejo de las participaciones requiere de varios esfuerzos. Uno muy simple es exigir que estados y municipios utilicen una cuenta bancaria exclusiva para el manejo de las participaciones y que reporten su destino y resultado al Ejecutivo federal. Parece broma, pero no todos los municipios en México tienen cuenta de banco.

Estos son sólo algunos cambios menores que pueden hacer una enorme diferencia. Y el debate del NAICM puede servir para ponerlos al centro de la discusión pública.

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