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Tulipanes desbaratado

Víctor Manuel Torres

Víctor Manuel Torres

CUARTO DE FORROS

 

Jaula de tosco hierro para cuatro contrincantes, campo minado, agobiante laberinto, barranco agreste por donde la civilidad se precipita, cazuela de vísceras crudas. Todo eso es la obra de teatro Salvajes, que en corta temporada muestra las desgarradas vestiduras de dos parejas que, en principio, están dispuestas a resolver de una manera civilizada un pleito entre sus hijos pequeños, que, también en un principio, lucen como víctima y victimario; pero terminan, sin necesidad de aparecer en escena, siendo la mecha para que la iracundia soterrada le explote en la cara a los cuatro adversarios en escena.

Un ramo de tulipanes amarillos marca el inicio de una peculiar “misión diplomática”. Esas hermosas flores, dispuestas por Verónica y Miguel –los papás de Bruno, la víctima– servirán de fondo amable para recibir en casa a Ana y a Alan, los padres de Fernando –el victimario–, quien ha blandido un madero para romperle los dientes a Bruno.     

 

  • Ana, asesora financiera, y Alan, inescrupuloso abogado que defiende los intereses de una desfachatada farmacéutica, están conscientes de que la salvaje actitud de Fernando es indefendible, y por ello están dispuestos a disculparse.

Verónica, editora y bandera de la civilidad, y Miguel, distribuidor de materiales para la construcción, están dispuestos a aceptar esa disculpa, aunque retienen la ira que los carcome –más a ella que a él–, porque su hijo ha quedado sin dientes debido al toletazo recibido.

Pero todo es un falso edén de cortesía que se desploma palabra tras palabra, mofa tras mofa, escarnio tras escarnio. Y varios son los detonantes de ese desbarrancadero.

 

  • Uno está representado por las constantes llamadas al teléfono celular que recibe Alan. A través de las charlas que entabla, se va descubriendo como un leguleyo cínico y desagradable, a quien no le importa interrumpir con saña la supuesta negociación de paz que se lleva a cabo entre las parejas.

Otro detonante es el mezcal que comienzan a beber, pero que en Ana causa mayores estragos. Y otro, quizá el principal, es la actitud de Verónica, quien se empecina, a pesar de su marido, que asume funciones de gran anfitrión, en que los niños involucrados deben ser quienes hablen entre sí y que Fernando se disculpe.

Pero una pregunta de Alan resquebraja todo el tinglado: “Y a todo esto, ¿cómo empezó el pleito?”. Resulta que Bruno llamó soplón a Fernando, y éste no soportó el agravio. El victimario comienza a tener motivos suficientes para defenderse, a pesar de que sus padres saben perfectamente que él sí que es un pequeño monstruo. Ante la necedad de Verónica, Alan dictamina la situación que está por desbordarse ya: “Y siguen las autoproclamaciones de santidad…”.

Y entonces, la tensión comienza a descascararse, asoma sus colmillos, empuña una bandera por facción, no por pareja: cada salvaje se va quedando solo ante esta discusión de sordos, no de mudos, que aletea fuerte echando pico y garras por delante.

  • El intercambio verbal no es un juego de ping-pong, sino un péndulo con forma de granada de mano, y con la espoleta a punto de desprenderse. Ésa es la sensación de tirantez durante la segunda parte de la obra: todo está a punto de irse al carajo, hasta que se va y el caos toma su imperio en forma de gritos, insultos, animalescas carcajadas de burla y hasta de incontrolable vómito. Todo es lumbre ya.

Después de un forcejeo y una acción decidida y majadera de Ana, los tulipanes han quedado desmadejados en el suelo, como símbolo de una armonía quebrada, extinta y, sobre todo, hipócrita. Ha vencido la rabia con todo su armazón de honestidad.

 

  • Bajo la dirección de Miguel Ángel Morales, la producción de la compañía Nosotros no los Otros, la espléndida adaptación dramática de Berenice Antuna y las actuaciones de Michelle Rogel (Ana), Alejandro Torrado (Alan), Nallely Cardona (Verónica) y Javier Centeno (Miguel), la puesta Salvajes (comedia negra en un solo acto), tendrá dos últimas funciones hoy y el próximo domingo, a las 18:00 horas, en el Foro La NaBe, ubicado en Dr. Vértiz 86, colonia Doctores, en la Ciudad de México. Asista, muestre su lado civilizado.

 

 

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