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Hasta pronto

Victor Gordoa

Victor Gordoa

Y EN LOS NUEVOS…

A ello debo agregar que avizoré el futuro y fui pionero de los nuevos medios de comunicación que vinieron a revolucionar a los anteriores, concretamente Twitter, Facebook, Instagram y YouTube, en este último con el canal de televisión del Colegio de Imagen Pública que cuenta con más de 332 mil suscriptores, que, agregados a quienes nos hacen el favor de frecuentarnos en las otras redes sociales, arrojan una cantidad de seguidores que rebasa la increíble suma de 500 mil seguidores. De pronto hablé en plural porque debo reconocer que todo ello no hubiera sido posible sin la inyección de juventud e ideas que mis hijos, el doctor Álvaro Gordoa y el maestro Víctor Gordoa Fernández, han aportado exitosamente al proyecto de vida y comunicación llamado Imagen Pública. Gracias a esta larga historia en los medios, llena de experiencias gratas, hoy puedo decir que estoy satisfecho de todo lo dicho y hecho. Este año he decidido disminuir mi presencia en todos los medios, sin embargo, esta disminución no deberá tomarse como total ausencia, así que desde aquí refrendo el compromiso que hemos contraído con tanta gente que nos sigue de seguir amando lo que hacemos y haciendo lo que amamos.

UNA LARGA VUELTA…

Por otro lado, lo que devendría en mi verdadero proyecto de vida cumple en 2019 veinticinco años, lo que, visto en retrospectiva, ha significado un largo periodo de constante esfuerzo y un acervo muy rico de experiencia, retos, logros y también varias caídas, todo lo cual hasta ahora me ha mantenido muy ocupado y en forma. Desde 1991 y ya con 40 años a cuestas, corrí el riesgo de autodesemplearme para empezar a estudiar por mi cuenta lo que ninguna institución, nacional o internacional, pudo ofrecerme: el plan de estudios de posgrado especializado en el manejo de la imagen pública que yo quería cursar, ¿increíble, verdad? Así que tuve que empezar desde cero investigando el conocimiento por unidades para crear lo que no existía, formulando hipótesis, poniéndolas a prueba y comprobándolas hasta que pudieran convertirse en tesis bien sustentadas, elaborando una metodología que permitiera crear nueva ciencia. Muchos me llamaron loco, otros me descalificaron y hasta llegué a considerarme un hombre fracasado cuando agoté en el estudio los recursos que había ahorrado en mis épocas de vacas gordas. Pero la voluntad, la resiliencia y el esfuerzo dieron frutos. Nació así la consultoría, la capacitación y el academicismo en torno a dos conceptos innovadores y muy adelantados a su tiempo, los de la Ingeniería en Imagen Pública® y la Imagología® y ahora me cabe el orgullo de haber dado a mi país la primera facultad universitaria de imagen pública en el mundo, pues cuenta con los tres grados de educación superior en la materia: licenciatura, maestría y doctorado, todos con reconocimiento de validez oficial. Hoy estudian en ella casi 800 alumnos que nos buscan no solamente de todo México, sino de muchos otros países. Tenemos un cuerpo docente envidiable al que tratamos de retribuir con justicia su aportación, empeño y dedicación. Contamos con una moderna sede en la Ciudad de México y un campus global con tecnología de punta que también nos permite ofrecer educación en línea de manera presencial, pero a distancia, sin menoscabo de la calidad e inmediatez, lo que considero que es el futuro de la educación. Finalmente, por fin he conseguido lo más difícil: Institucionalizar la obra, lo que requería irle bajando poco a poco al protagonismo de mi persona hasta ceder el paso a la nueva generación. He decidido bajarle a mi tren laboral, por lo que he delegado mis funciones de Rectoría y Dirección General en quienes durante más de 15 años han hecho los méritos suficientes para alcanzar la eficiencia, y me he dado el “ascenso horizontal” al puesto de presidente fundador, desde el que seguiré trabajando hasta el último de mis días. Voy a cumplir 68 años, estoy en plenitud de facultades y quiero vivir el tiempo que me reste dedicado a cosechar el producto de mi trabajo, sólo le pido a Dios salud y vida.

HASTA PRONTO…

Por ahora me centraré en escribir un cuarto libro, pero ahora basado en el caso de estudio que sobre mi desempeño y obra me hizo el honor de construir el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas, el cual me abrió los ojos hacia la exploración de conceptos que intentarán facilitar el camino a aquellos que deseen emprender algo desde cero. A ustedes les digo gracias por haberme leído en este espacio quincenal que generosamente me concedió el gran diario Excélsior, desde aquí envío a sus propietarios, directivos y colaboradores mi respeto y amistad eterna. Hasta pronto.

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