Navidad con A de mujer

Vianey Esquinca

Vianey Esquinca

La inmaculada percepción

Convencida de que toda transformación profunda debe pasar por los símbolos, Claudia Sheinbaum intentó, una vez más, organizar un pesebre navideño político que finalmente acabara con el patriarcado bíblico. “Si patria se escribe con A de mujer, entonces Niño Dios también se escribirá con A”. Además, la mandataria aclaró que no sería un acto religioso, sino un ejercicio cultural y participativo donde el que ocupara un personaje debía tener las más altas credenciales como afinidad ideológica, lealtad comprobable, capacidad de repetir el mensaje sin improvisaciones o relaciones probadas con el tabasqueño más famoso en los tiempos de la 4T.

Sin embargo, el primer problema fue el reparto de papeles ya que Morena demandó ocupar la totalidad del elenco: “es por representación proporcional”, argumentaron con la anuencia del siempre solícito INE. La Presidenta propuso a Omar García Harfuch como san José para garantizar “el pesebre más seguro de la historia”. La decisión incomodó a muchos porque el secretario insistió en instalar cámaras en el establo y revisar los antecedentes penales de los pastores. Por su parte, Citlalli Hernández, titular de la Secretaria de las Mujeres, se apuntó de inmediato para interpretar a María, además exigió que se renombrara al Niño Dios como Infancia Divina y que hubiera un protocolo contra el acoso en establos.

La estrella de Belén fue asignada a la Secretaría de Energía, pero debido a los apagones programados, sólo pudo brillar tres horas. Luz Elena González explicó que la estrella funcionaba perfectamente, sólo que había alta demanda celestial en temporada navideña. Gerardo Fernández Noroña quiso ser el ángel encargado de anunciar la buena nueva, aunque varios dudaron de que los mensajes celestiales debieran ir acompañados de gritos, reclamos y adjetivos innecesarios. Tras una breve deliberación, se le asignó el papel de buey.

Los Reyes Magos fueron reinterpretados como los tres funcionarios del Bienestar: Edgar Amador Zamora, de Hacienda, traería el oro, aunque advirtió que venía etiquetado; Marcelo Ebrard traería el incienso desde Asia, asegurando que ya había negociado un arancel preferencial para mirra y resinas aromáticas y Zoé Robledo, del IMSS, traería medicamentos en lugar de mirra, aunque llegarían “en cuanto se regularizara el abasto”. Los tres intentaron viajar por el AIFA, pero tuvieron que reprogramar el vuelo seis veces porque no había conexión directa desde Oriente. Probaron entonces el Tren Maya, aunque se tuvieron que bajar a la mitad de la selva después de que un tren se recostara sobre otro. Finalmente llegaron por carretera desde Cancún, montados en un camello rentado en Xcaret.

Para garantizar que el nacimiento cumpliera con los estándares de austeridad y eficiencia, la construcción fue encargada a ingenieros militares. Sin embargo, tras seis ampliaciones por “imprevistos técnicos”, el pesebre tuvo un sobrecosto del 600%. Además, la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana tuvo que intervenir y detener a varios mandos por traficar camellos, elefantes y borregos; haber montado una red de huachicol escenográfico vendiendo paja del pesebre y rentar la estrella de Belén para fiestas privadas.

Al final nadie quiso ceder protagonismo, todos querían hablar al mismo tiempo y cada personaje reclamaba mayor tiempo frente al público. La Presidenta trató de mediar, pero el libreto ya se había perdido entre ajustes, egos y conferencias mañaneras.

Felices fiestas

La autora de esta columna le desea a sus lectores unas muy felices fiestas y que el 2026 les traiga salud, prosperidad y muchos momentos para reír. La Inmaculada Percepción regresa el 11 de enero; hasta entonces.

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