Matrix

En México, la Constitución marca que un mandato dura 6 años, y fijaría un muy negativo precedente para futuros gobiernos

En el gobierno de la 4T todo parece sacado de la película Matrix, donde hay una realidad alterna, dos mundos paralelos. En un plano, el de la fantasía, vive el presidente Andrés Manuel López Obrador, su gabinete, compañeros de partido y seguidores; en el otro, que presenta la dolorosa realidad, el resto de los ciudadanos.

Pero, además, siempre parece que el mandatario adquiere el papel de Morfeo y se la pasa dando a elegir a los mexicanos entre la pastilla azul y la roja.

Por supuesto, las disyuntivas parecen no tener final feliz. Por ejemplo, en el caso del regreso a clases, las madres y padres de familia tienen que elegir si envían o no a sus hijos a las aulas. La decisión se complica porque, por un lado, observan que todos los días se rompen récords de contagios, que muchas de las escuelas a donde acudirán sus hijos e hijas muestran el abandono de meses y que el único plan que ha mostrado el gobierno federal, tanto para la tercera ola como para el regreso a clases, es el de: Dios nos agarre confesados y el Ave María, dame puntería.

La negativa del gobierno de vacunar a los niños “porque no hay evidencia científica”, según Hugo López-Gatell y que las niñas, niños y jóvenes no tienen un alto riesgo de complicarse en caso de contagio, lo único que genera es incertidumbre, pues, sí lo dice el subsecretario, lo más probable es que suceda todo lo contrario.

El escándalo en el que se vio envuelto el gobierno federal y la SEP con la famosa carta responsiva que sí existió, pero que siempre no, que fue aceptada y luego negada, no fue sino el reflejo del desorden que tienen en todo. Pero, por otro lado, hay una necesidad urgente de que la infancia retome su normalidad y sus actividades. Las cifras que tanto la Segob, Unicef y la CDH de la CDMX muestran son preocupantes: la violencia intrafamiliar y los suicidios entre menores de edad aumentaron; de los 150 millones de infantes que no han regresado a las aulas en el mundo, más de 37 millones son mexicanos, y siete de cada 10 niñas, niños y adolescentes en el país desean regresar a las aulas.

La elección entre la pastilla azul y la pastilla roja también se presenta en el tema de revocación de mandato que al Presidente le urge empujar para tener otro motivo de distracción. Unos se preguntan, ¿y si es la oportunidad de detener la destrucción institucional, económica, social y política en la que se está sumiendo el país?, ¿y si en los próximos tres años termina de transformar al país para mal?, ¿y si aprovecha para quedarse en el poder?, ¿y si nos arrepentimos de no haberlo detenido cuando se podía?

Para otros, en cambio, aunque no estén de acuerdo con el gobierno morenista, no pueden avalar el proceso de renovación de mandato porque le daría pretexto al Presidente para desviar la atención, hacer campaña y crear sus enemigos imaginarios, fortaleciéndolo más que debilitándolo; estaría tan mal reglamentada la ley de revocación que en lugar de generar un bien, provocaría un caos; en México, la Constitución marca que un mandato dura 6 años, y fijaría un muy negativo precedente para futuros gobiernos.

Al menos, momentáneamente, ese peligro ha quedado desactivado, pues los morenistas y sus aliados recibieron una pequeña muestra de lo que puede ser el Congreso en la próxima Legislatura y no pudieron aprobar el periodo extraordinario para analizar la ley secundaria de la revocación de mandato y juicio político.

Lo que es un hecho es que sí faltan 3 años, en los que todo México será como Keanu Reeves en su papel de Neo, siempre en la duda de escoger la pastilla azul y vivir en la feliz ignorancia o la pastilla roja y conocer la incómoda verdad de lo que está sucediendo en el país, y actuar en consecuencia.

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