Mujeres, representación popular y municipios

Flor Zamora Flores*

Actualmente contamos con más mujeres en el Congreso federal: ocupan 37% de los escaños en la Cámara de Diputados y 33.6% en la Cámara de Senadores. Es el mayor porcentaje de espacios obtenidos por las mujeres en la representación popular. Estamos ante un fenómeno sin precedentes, pero en el caso de los municipios no es así.

El aumento de la participación de las mujeres en los cargos de elección popular federal se logró gracias a la existencia de la llamada cuota de género y a la sentencia 12624/2011 emitida por el TEPJF, que tiene su origen en una decena de juicios para la Protección de los Derechos de los Ciudadanos, promovidos por mujeres integrantes de la Red de Mujeres en Plural.

En la sentencia se estableció un criterio de interpretación que logró brincar la simulación en el cumplimiento de las cuotas de género. La sentencia logró modificar el marco legal aplicable a las candidaturas al Congreso de la Unión.

Apenas el año pasado el CEDAW realizó una serie de recomendaciones al Estado mexicano. Si bien reconoció los avances logrados con la sentencia 12624/2011, la CEDAW consideró preocupante que las cuotas de género a nivel estatal no son aplicadas.

También preocupó a la CEDAW el bajo número de mujeres indígenas que participan en política, por lo que recomendó “eliminar los obstáculos que impiden a las mujeres participar en la vida política de sus comunidades”.

Éstos impedimentos son: 1) La regulación para el acceso a cargos públicos: Los estatutos de los partidos políticos y las legislaciones electorales, si bien tiene como premisa la igualdad, establecen excepciones y candados que impiden que las mujeres lleguen a ocupar cargos de alto nivel. 2) Los recursos: sin dinero no es posible realizar una campaña electoral; los fondos destinados por los partidos a las campañas electorales se reparten de forma discrecional y, en muchas ocasiones, las candidatas deben financiar sus campañas con recursos propios. 3) Los medios de comunicación: Una barrera en el camino a los cargos de elección popular es el escaso acceso a medios masivos de comunicación; durante las campañas los partidos tienen derecho a los tiempos del Estado en las estaciones de radio y televisión de manera permanente, sin embargo, no se cuenta con normas para que los espacios gratuitos en medios fortalezcan las candidaturas de las mujeres.

Debemos tener en cuenta que las mujeres que participan en la vida política del país sufren discriminación y compiten en condiciones desiguales. El derecho de votar y ser votadas está consagrado en la Constitución federal, en las constituciones estatales y en una serie de instrumentos y tratados internacionales suscritos por el Estado mexicano.

A nivel municipal, los cargos de elección popular a los que hombres y mujeres pueden aspirar son: presidencia municipal, sindicaturas y regidurías. Es el caso que las mujeres logran llegar en ocasiones a los cargos de síndicas o regidoras y, en menor medida, a las presidencias municipales. Las cifras son reveladoras. Las mujeres integran más de 50% de los padrones electorales; votan más, participan como funcionarias de casilla el día de la jornada electoral, pero no logran llegar a gobernar su municipio.

De acuerdo con las cifras publicadas por la Cámara de Diputados, un estudio realizado por el Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género revela que en el año 2012, únicamente 7% de los municipios del país estaban encabezados por mujeres.

Las cifras son reveladoras. Son muy pocas las mujeres que llegan a presidir un municipio. Así, es claro que en el ámbito municipal queda mucho por avanzar para que las mujeres interesadas en participar en la vida política de su comunidad logren aspirar a ser candidatas; que un vez que son registradas como candidatas, puedan realizar campañas electorales exitosas y llegar a gobernar el municipio en el que habitan.

                * Abogada especialista en temas electorales. Consejera electoral del IFE en el Distrito Federal.