“Teléfonogate”

Efectivamente, el “Teléfonogate” terminó como vaticinaba Sócrates, unos y otros comenzaron a filtrar números personales.“A ustedes, con todo respeto, les da mucho por ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Ustedes se sienten bordados a mano ...

  • Efectivamente, el “Teléfonogate” terminó como vaticinaba Sócrates, unos y otros comenzaron a filtrar números personales.

“A ustedes, con todo respeto, les da mucho por ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Ustedes se sienten bordados a mano […] y no los puede uno tocar ni con el pétalo de una rosa”, dijo el Presidente a reporteros. Si algo queda claro es que reconoce el poder de la paremiología para comunicar, es decir, sabe que utilizar refranes, proverbios y dichos le sirve para dos cosas: para que sus argumentos parezcan incuestionables por estar aparentemente apoyados en la sabiduría popular y, de paso, para generar simpatía entre sus incondicionales, por campechano. Sin ir más lejos, ayer inició su conferencia de prensa diciendo: “¡Ánimo!, porque lo mejor es lo peor que se va a poner” y ni siquiera se molestó en aclarar a qué se refería. Pero de entre sus apotegmas favoritos, el de referencia obligada hoy, dado el reciente “Teléfonogate”, es el que se atribuye al expresidente de México, José María Iglesias, a saber: “Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie”. El Presidente ha hecho suya esta frase, repitiéndola varias veces y publicándola él mismo en X (14 de enero de 2021), otrora Twitter. Sin embargo, ya generaba dudas su sincero apego a dicha sentencia desde que, con la misma seriedad, declaró en octubre de 2021: “Yo sostengo que por encima de la ley debe estar la justicia”. El autor del famoso libro Critón relata que un tal Sócrates pensaba aproximadamente lo contrario: que no se puede dejar de obedecer las leyes del Estado por estar en desacuerdo con su justicia, porque eso lleva a la disolución social y, como es sabido, prefirió beberse una copa de cicuta antes que responder a una injusticia con otra injusticia. Si se piensa bien, se descubre que las leyes están escritas precisamente para obligarnos y que, naturalmente, las leyes nos incomodan cuando nos constriñen. Sin embargo, el Presidente no comparte esta opinión, como lo demuestra también otro dicho suyo que será recordado y que acuñó en abril de 2022, mientras elogiaba a quienes habían incitado manifestaciones violentas contra los “traidorzuelos” ministros de la SCJN: “No me vengan con ese cuento de que la ley es la ley”. Dos años después, se queja del uso del desprestigio mediático contra dirigentes populares por medio de estereotipos. Pero de entre todas, la que choca frontalmente con la de José María Iglesias es su frase más reciente: “Por encima de esa ley está la autoridad política”, que resulta ser él. Su inconformidad se basa en que lo han calumniado, a él y a su familia, sin pruebas, porque “la calumnia, cuando no mancha, tizna”. Esto lo dice quien casi cada mañana tilda, sin probar nada, a todos sus discrepantes de hipócritas, rateros, corruptos y un largo etcétera. Efectivamente, el “Teléfonogate” terminó como vaticinaba Sócrates, unos y otros comenzaron a filtrar números personales. Para ser consistente, el Presidente debería recomendar a sus correligionarios y familiares lo mismo que a la reportera: “Si están preocupados porque se dio a conocer su teléfono, que cambien a otro número y ya”. Parece ser un buen momento para añadir a su refranero la Regla de Oro: “No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti”, que, en su formulación más coloquial y vernácula, de niños aprendemos así: “El que se lleva, se aguanta”.

  • REGLA DE ORO

“Un sádico es un masoquista que sigue la Regla de Oro”. Esta frase se puede encontrar en un libro escrito por Thomas Cathcart y Daniel Klein, cuyo título es: Platón y un ornitorrinco entran en un bar.

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