HAL 9000

El 3 de abril de 1968 se estrenó la mítica película de Stanley Kubrick, 2001: a Space Odyssey. La película presagió varios logros tecnológicos que estaban por venir. Por ejemplo, en ella se observaba un alunizaje como el que se volvió realidad el 20 de julio del año ...

El 3 de abril de 1968 se estrenó la mítica película de Stanley Kubrick, 2001: a Space Odyssey. La película presagió varios logros tecnológicos que estaban por venir. Por ejemplo, en ella se observaba un alunizaje como el que se volvió realidad el 20 de julio del año siguiente y se adelantaba el uso comercial del horno de microondas (1970), el reconocimiento biométrico de voz (1976), las videollamadas (1996), el surgimiento de pantallas planas (2000), las tabletas (2001) y las tarjetas SD de memoria extraíbles (2005), entre muchos otros. Pero de todos los avances que vaticinó, el más inquietante fue el de la inteligencia artificial. Si bien se pueden rastrear los orígenes de la IA hasta los años 40, el hito ocurrió en 1997. Un año antes, IBM había organizado una competencia de ajedrez entre su supercomputadora, Deep Blue, y el gran maestro ruso, Garry Kasparov, misma que ganó el campeón de la humanidad. No obstante, al año siguiente, una versión mejorada de la máquina logró una victoria histórica, demostrando que las máquinas ya podían vencernos en actividades estratégicas y de inteligencia. Era la heredera de HAL. Como es sabido, el nombre de la máquina protagonista de la película, HAL 9000, trascendió la película gracias a una asombrosa coincidencia que se volvió leyenda. Supuestamente, Kubrick pidió permiso a IBM para usar sus mismas siglas para nombrarla, pero, considerando el desenlace del guion, no dieron su consentimiento, por lo que, traviesamente, Kubric habría utilizado las letras que precedían alfabéticamente a cada una de las letras del acrónimo. Una casualidad. En realidad, el nombre de HAL lo forman las siglas en inglés de Algoritmo Heurístico, lo que significaba que funcionaba con un programa empírico, es decir, que tenía la capacidad de aprender por sí misma más allá de la información que se le pedía recopilar (heurístico es aquel conocimiento que se descubre mediante la búsqueda). Esta característica es la que permitió que HAL desarrollara “dudas” sobre el objetivo de la misión para la que había sido programada. Dicho de otro modo, generó algo semejante a una autoconsciencia. Ahora reconocemos que éste fue otro presagio más de la película: la Inteligencia Artificial General, mejor conocida como AGI, en inglés. Las tecnologías actuales de IA requieren entrenamiento previo y están contenidas dentro de parámetros determinados que hacen que una IA de generación de imágenes no pueda resumir textos, por ejemplo, pero la, hasta ahora teórica, AGI sería autónoma y tendría capacidad de aprender nuevas habilidades no preprogramadas, lo que le daría un cierto grado de autocomprensión. Esto le permitiría resolver problemas fuera de un dominio prestablecido, sin intervención manual, es decir, como lo hacemos los humanos. En pocas palabras, sería como HAL: una máquina pensante con comprensión humana no limitada; lo cual también se conoce como IA Fuerte. Apenas dos años después del lanzamiento de ChatGPT (30 noviembre de 2022), la delincuencia ya aprovecha la IA Débil para procesar grandes cantidades de información de donde extrae datos personales de plataformas de redes sociales que les sirven para clonar voces e imágenes que utilizan, en última instancia, para extorsionar; imaginémonos lo que podrían hacer si cayera en sus manos una IA Fuerte. Hay quien piensa (Elon Musk) que la AGI estará disponible en 2025; sin embargo, algunos expertos (Jensen Huang y Fei-Fei Li) aseguran que faltan al menos cinco años más.

  • IA DÉBIL

La IA Ornitorrinco (Platypus AI) es una plataforma de aprendizaje profundo que imita las capacidades cognitivas humanas, a través de capas de redes neuronales, para generar conocimiento basado en la experiencia, pero que aún requiere intervención humana, por lo que aún no se considera AGI.

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