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La Ley Olimpia y la violencia digital

Ruth Zavaleta Salgado

Ruth Zavaleta Salgado

Zurda

Este martes fue aprobada en la Cámara de Diputados la denominada Ley Olimpia, que adiciona una fracción VI al artículo 6 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y pasó al Senado para su aprobación.

La reforma es una síntesis de diversas propuestas de diputadas y congresos locales y, fundamentalmente, del Frente Nacional para la Sororidad (integrado por 30 organizaciones de todo el país), que inició la lucha en Puebla, en 2013, buscando que se castigara la difusión —sin consentimiento— de un video íntimo de Olimpia Coral Melo.

La iniciativa consiste, principalmente, en definir qué es la violencia digital: “Actos de acoso, hostigamiento, amenazas, vulneración de datos e información privada, divulgación de información apócrifa, mensaje de odio, difusión de contenido sexual sin consentimiento, textos, fotografías, videos y/o datos personales u otras impresiones gráficas o sonoras, verdaderas o alteradas, o cualquier otra acción que sea cometida través de las tecnologías de información y comunicación, plataformas de internet, redes sociales, correo electrónico, aplicaciones, o cualquier otro espacio digital y atente contra la integridad, la dignidad, la intimidad, la libertad, la vida privada o vulnere algún derecho humano de las mujeres”. Este tipo de violencia se viene a sumar a los otros tipos existentes reconocidos en la ley: sexual, familiar, patrimonial, física, sicológica, económica y feminicida.

En 2014, el Frente Nacional para la Sororidad presentó la primera iniciativa para castigar el acoso digital, al Congreso de Puebla, pero no fue apoyada. Sin embargo, sí se ha aprobado en 14 entidades: Aguascalientes, Baja California Sur, Chiapas, Coahuila, Guanajuato, Guerrero, Estado de México, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Veracruz, Yucatán y Zacatecas, en dos se encuentra en proceso de aprobación, CDMX e Hidalgo; en tres ya se debatió y está a punto de aprobarse, Nayarit, Sinaloa y Tlaxcala; en un estado se “congeló” la iniciativa, Baja California, y en 12 no se ha presentado.

Con base en los datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (Inegi, ENDUTIH 2018), en México hay 74.3 de usuarios de internet: 51.5% son mujeres y 48.5% son hombres. Y, según los datos de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones, las mujeres jóvenes entre 12 y 29 años son las más atacadas en los espacios digitales. De las agresiones, 86.3% es cometida por personas desconocidas y el 11.1% por conocidas. En total, hay cerca de nueve millones de mujeres que han enfrentado agresiones a través de las tecnologías. En conclusión, podemos decir que las RRSS se han vuelto un depósito de resentimiento porque usuarios violentos cuentan con la ventaja del anonimato. Aun cuando se pide información, las empresas no pueden comprobar su veracidad por lo que es importante que, conjuntamente a esta reforma —que derivará en penas—, se impulse una educación tecnológica a niñas y niños para prevenir conductas violentas en las redes sociales.

Muchos gobiernos estatales carecen aún de políticas públicas para la prevención de conductas violentas en las redes sociales. A nivel federal, la institución responsable para atender las denuncias es la División Científica de la Policía Federal a través del Centro Nacional de Respuesta a Incidencias Informáticas, que pasará a formar parte de la Guardia Nacional, pero también hay estados donde hasta policía cibernética existe, por ejemplo, la Ciudad de México.

A propósito del hecho que suscitó esta reforma están otros antecedentes relacionados con la violencia política en las redes sociales contra las mujeres, principalmente durante el periodo de campañas de la pasada contienda electoral. Por ejemplo, la organización Luchadoras Mx”consignó 62 candidatas agredidas mediante redes sociales a partir de expresiones discriminatorias y hasta amenazas de muerte. Incluso, hubo una candidata de Movimiento Ciudadano que fue denominada con el hashtag #LadyMovimientoNaranja en alusión a un video falso en donde ella salía bailando con ropa interior. Esto, aunque fue desmentido por la víctima, toda vez que no se puede contener, ya había dañado de forma inmedible en los resultados electorales que obtuvo.

Es de esta forma que la reforma atiende un tema que estaba olvidado: violencia cibernética. Toda vez que, aun cuando las empresas como Twitter, Facebook o Instagram tienen protocolos y reglas para su uso, hay muchas formas por las que se pueden burlar y continuar el acoso contra las mujeres.

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